VLACK nace en la profundidad de un mar muerto, nace abismal, flota y despierta, Marc Teichenné es fuerza de la naturaleza, ese despertar, ese ruido de sirena, sólo hay una llamada, un árbol sin raíces, una estruendosa tormenta nos trae un nuevo proyecto que alcanza los límites de la naturaleza, la grandeza de Dios y el pecado del hombre hecho poder sónico.. lo insignificante y ese camino hacia la salvación. Marc que retrata un espacio interior de difícil reflejo nos trae a VLACK, otra de sus guaridas musicales ignominiosa, aguerrida y única. No hay en Marc un final, todo es fuerza, de Rippers a Vlack trasciende más allá de la persona, del territorio.. es música, es un dulce ruido insoportable hasta el límite y ácido en la boca, un ejercicio único al alcance de pocos.
Es 2015 y Marc Teichenné en éste nuevo proyecto continuativo de RIPPERS nos alumbra con un disco en el que se hace acompañar a la batería por Narcís Prat de MOKSHA. El resto todo suyo, guitarras, voz, bajos, composiciones como punta de la veleta que tras más de 20 años alumbrando música bajo la siglas de Skull Boys, Rippers, Püdor Crònica o Tesseire su talento continua descubriendo nuevos caminos; Marc nace y renace con una fuerza descomunal y una energía de difícil compresión. Si siempre encontramos un límite, aquí no lo hay; la música es SU música y es descomunal, Punk, Rock, Hardcore, Metal.. no hay ningún bastión que defina a VLACK, todo es un roce, un choque con todo este orden estilístico que lateralmente ve forzada su aproximación a cada uno de ellos sin que una orientación clara pueda etiquetar a Vlack ni calmar nuestra ansiedad en la búsqueda de un por qué de todo esto. Es música. Es esencia.
Texto: Rafael Peláez (Ipunkrock `zine)
Aúpa!
Aunque a partir de un determinado nivel, el esfuerzo necesario para una mejora adicional es muy elevado, cada nuevo disco siempre es mejor q el anterior.