Me planto en la presentación del nuevo disco de L.A. como no se debe ir a los conciertos. O quizá sí. Me explico. No escucho un disco de Luis Alberto Segura desde hace diez años. Su anterior trabajo, Dualize, me lo despaché en unas apresuradas escuchas con el objetivo de hacer una entrevista para esta Ruta y no volví a él. Y el anterior Heavenly Hell, ni eso. De hecho me atrevería a decir que el único álbum que realmente escuché con la atención que merecía fue Bellflower Blvd. (2005). De ahí mi afirmación anterior.
La cuestión es que me llego a una FNAC abarrotada para escuchar las canciones de su nuevo From the City to the Ocean Side y debo decir que lo que veo y, sobre todo, escucho me gusta. Me gusta mucho. No se valorar si las canciones ganarán o perderán con banda, ni si las versiones en estudio superan a las que veo totalmente desnudas, pero el mallorquín ofrece un concierto sentido, cargado de melodías y muy bien cantado. Recordaba a L.A. como un tipo que estaba en medio de ningún lado y ahora veo a un músico hecho y derecho, que sabe aunar en sus canciones influencias como las de Elliott Smith, Ryan Adams, Damien Jurado y un Eddie Vedder alienado de Pearl Jam. Lo hace con naturalidad y desparpajo. Usando un notable falsete solo cuando es necesario. Dominando las texturas y apoyándose sobre todo en unas canciones que, me da la sensación, que sabe de sobras que tienen algo. Bravo.
Texto: Eduardo Izquierdo
Foto: Silvia Beltrán
