A veces uno se auto engaña. Que si ya los he visto muchas veces, que paso de los conciertos en grandes estadios, que tienen mucho en contra y poco a favor, que el repertorio no va a sorprender…Y así hasta completar una buena lista de motivos para faltar a la cita sin sentir remordimientos. Pero basta con una razón, en este caso de mucho peso como es la insistencia de mis dos hijos, para volver a pasar por taquilla y dejar la cuenta bancaria temblando hasta la llegada de la siguiente nómina.
Y a la segunda canción mandar a tomar por culo todos los perjuicios habidos y por haber para dejarse la garganta coreando estribillos como si no hubiera un mañana porqué la infalible fórmula AC / DC sigue funcionado. Y de qué manera. Sí, Malcolm desgraciadamente ya no está, pero su sobrino además del parecido físico clava sus partes de guitarra y las dos cabezas visibles demostraron ser todavía capaces de darlo todo en un escenario. Si bien es cierto que Brian anda algo justo de voz hay que reconocer que cumple de sobras y aunque huye de exhibiciones físicas se conserva la mar de bien y Angus pues sigue siendo Angus y creo que eso es lo mejor que se puede decir de él a estas alturas de la película.
La dosis justa de sus nuevas obras, una de Black Ice y tres de Rock or Bust, deja tiempo de sobras para los clásicos que todos quieren, queremos, escuchar. Así el abarrotado estadio revienta de gozo cuando suenan las notas de «Back in Black», «Thunderstruck», «Hells Bells», «You Shook Me All Night Long», «T.N.T.» o «Whole Lotta Rosie», y aplaude a rabiar el largo solo (ya sin el famoso striptease) del curtido guitarrista que precede al apoteósico final con «Highway to Hell», una de las mejores canciones rock de todos los tiempos, y la pirotécnica cañonera de «For Those About To Rock». Sin olvidar esos guiños a los más veteranos, « Hell Ain’t a Bad Place to Be», «Dirty Deeds Done Dirt Cheap», «High Voltage» o «Sin City», que nos hacen subir peligrosamente la tensión arterial.
Sinceramente creo que, como por ejemplo en el caso de los Stones, aquí no se viene a juzgar si no a disfrutar. Y que se jodan los tristes. ¿Mis hijos? Pues que les voy a decir, gozaron como enanos.
Texto: Manel Celeiro
Foto: Jordi Vidal
¿Riff Raff? Te perdono Manel, seguro que escribiste esto después del aniversario del rocksound.
Jajaja.
Ja ja ja ja ja ja No, no…me traicionó el subconsciente….corrijo…gracias!!!!!!