Rutas Inéditas

A. M. / El disco «olvidado» de Wilco.

AM WILCO

Wilco son ahora un grupo establecido. Capaz de llenar salas de apreciable capacidad y de ponerse a la cabeza de carteles en los más reputados festivales. No sé si Jeff tenía eso en mente cuando, tras la disolución de los nunca bien ponderados Uncle Tupelo, decidió formar el combo. Tampoco creo que llegara a imaginar que su música sería aceptada de tan grata manera por la «modernidad» indie y por el selecto club «gafapasta» con la edición de Yankee Hotel Foxtrot (2002). Un disco que estuvo en un tris de acabar con la banda, situación documentada en el amargo film I am Trying To Break Your Heart, y que, en cambio, les abrió las puertas del éxito.

No reniego de los Wilco contemporáneos. Siguen pariendo canciones memorables y ofreciendo unos directos más que notables. Y la voz de Tweedy me encanta. Me derrite cuando ataca esas baladas tan profundas. Pero en mi corazón siempre estarán sus dos primeros trabajos. Quizás sea el doble Being There (1996), al que se calificó como el Exile On Main Street de su generación, y donde ya se apuntaban las ganas de investigación y de progresión que anidaban en la mente de los músicos, su mejor trabajo. Una grabación que escuché obsesivamente en su momento y de la que extraje horas de placer auditivo y sensorial.

Pero tengo una especial predilección por su primer trabajo. A.M. (1995) es un disco fresco, inocente, simple y puro rock americano de siempre y que ahora, misterios de la vida, parece haber quedado en el olvido. Como si no hubiera existido. Demasiado sencillo y falto de pretensiones para el público y la crítica que ahora los idolatra. ¿El secreto de A.M.? El de siempre. No hay más. Buenas canciones. Ahí está ese guiño a los Stones más festivos que es «Casino Queen», guitarras sentando cátedra, «Shouldn’t Be Ashamed», adelantos a la moda del neo bluegrass, «That’s Not The Issue», baladones con The Band en el corazón, «It’s Just That Simple», «Blue Eyed Soul», la perenne influencia Dylan, «Passenger Side», temazos de la vida, «Box Full Of Letters», y la reconocible firma Wilco en temas que podían estar en cualquiera de sus lanzamientos posteriores, «I Must Be High», «Pick Up The Change» o «Should’ve Been In Love». Veinte años después y fresco como una rosa oigan.

Manel Celeiro

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