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The Afghan Whigs conquistan Barcelona

The Afgan Whigs (fornols3)Cuando un concierto supera tus expectativas, la sensación es inmejorable. Pero si además las expectativas  superadas eran muy altas, la sensación es indescriptible.

Había referencias, todas buenas, del estado de forma de Dulli & co por parte de aquellos que los habían visto en fechas anteriores de esta gira. Que si suenan de puta madre, que si Greg está en forma como nunca, que si tal y cual…

 

Todo lo dicho, todo lo apuntado, todo lo que uno esperaba se cumplió y se rebasó con creces la noche del pasado sábado en el Apolo de Barcelona. Único concierto en España (para el que se desplazaron no pocos fans desde otros puntos del Estado), rozando el sold out, con un público que, en gran parte, se sacó la espina, clavada durante años, de la famosa cancelación a finales de los noventa. La verdad es que desde el primer concierto de The Soundtrack of our Lives en la misma sala hace ya más de diez años, yo no recordaba tanta intensidad en un show.

 

Desde el minuto uno en que sonó el riff de ‘Parked Outside’ hasta que se despidieron con la clásica ‘Faded’ aquello fue para recordar. Para enmarcar. Para incluir siempre en esas listas de bar o de foro en la que nos da por preguntar al resto por los cinco, diez o quince conciertos de su vida. Yendo a la yugular sin dejar respiro, sin parlamentos ni historias (uno de los escasos momentos en que Dulli se dirigió al público fue tras el primer tema, para decir que no quería recibir más flashes en la cara, y la verdad es que no se vio uno más, a ver quién cabrea a don Gregorio), desgranando el repertorio elegido con una clase al alcance de pocos.

Una de las primeras sensaciones fue que los temas de ‘Do To The Beast’ no le andan muy a la zaga a sus clásicos. ‘Matamoros’, ‘Algiers’, ‘Lost in The Woods’, ‘Royal Cream’ sonaron contundentes, alguno quizás con el tempo un poco más acelerado que en el disco pero perfectamente incrustados y alternados en un set list que no tuvo ni un sólo altibajo, y eso es decir mucho en un concierto de hora y tres cuartos. Dulli comandó una banda que sonó apabullante,  con Jon Skibic secundando perfectamente al jefe, haciendo que el Apolo sonara como prácticamente nunca con un sonido directo, limpio y cortante.

 

No faltaron –como tienen por costumbre- las pequeñas covers/intros a varios temas propios, algunas curiosas o inesperadas, caso de ‘Roadhouse Blues, ‘Heaven on Their Minds’ de ‘Jesucristo Superstar’ o un ‘Morning Theft’ de Jeff Buckley que hizo lagrimear a más de uno…todo para dar paso a los temas que marcaron a una generación de fans, una retahíla de maravillas del calibre de ‘Step Into The Light’, ‘Turn On the Water‘,‘Gentlemen’, ‘Debonair’, ‘My Enemy’,‘John The Baptist’, ‘Summer’s Kiss’, ‘Fountain and Fairfax’…

Los comentarios a la salida eran unánimes. Quizás alguna variación en el grado de entusiasmo, pero ni un sólo comentario negativo, ni un solo pero…

Caras satisfechas, gargantas afónicas, sensación de agotamiento y felicidad. Una muesca más, para algunos, en la culata de asignaturas pendientes.

 

Texto: Eloy Pérez

Foto: Sergi Fornols

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