Rutas Inéditas

The Beatles: ¿La culpa fue de Yoko Ono o de Arthur Janov?

John LennonNo, lo sentimos pero aunque vamos a hablar de Lennon no vamos a hacerlo de Yoko Ono. Por lo menos no directamente. Porque aunque muchos son de los que opinan que la buena de Yoko le “comió el tarro” a un John en horas bajas, todavía está por demostrar que eso fuera realmente así, que él no fuera feliz a su lado y, sobre todo, que eso fuera una experiencia negativa para su obra. Por ello vamos a pasar de su relación con Yoko Ono para centrarnos en unos detalles de la vida del Beatle asesinado que, aunque menos conocidos, se nos antojan como vitales para entender qué pasó con los cuatro escarabajos de Liverpool.

 

johnyyokoEn 1970 los Beatles se separaban definitivamente. Eso, y a pesar de ser él uno de los máximos instigadores de la separación, sumió a Lennon en un estado de descolocación e inseguridad evidente para todos los que se encontraban a su alrededor. De todos era conocido el carácter complicado de John que lo hacía presa fácil de conductistas y charlatanes. Pero ese no era el caso de Arthur Janov. El prestigioso psicólogo tiene el honor de protagonizar este texto no por sus malas costumbres ni por terapias inhumanas sino por ser, probablemente, el culpable de la separación definitiva de los Beatles ¡Blasfemia! O no. Según el prisma con el que se mire. Muchos son los que consideran que Yoko fue la culpable de eso pero, si bien es cierto que fue la japonesa más odiada de la historia quien le dio a John la seguridad para afrontar una decisión tan difícil para un carácter tan inestable, también lo es que fue Janov el que consiguió reforzar esa misma decisión. Cuando a principios de 1970 John y Yoko se acercaban a la consulta del escritor de The Primal Scream – Primal Therapy. The Cure For Neurosi‘ poco sabían como iban a cambiar sus vidas a partir de entonces. Janov había creado la “terapia del grito primal” que consistía en liberar todo aquello que el paciente tuviera reprimido a base de gritos. El psicólogo postulaba porque las fuerzas ocultas de nuestro inconsciente se encuentra en permanente conspiración contra nuestro propio yo y eso nos lleva a caer enfermos tanto físicamente como, lo que es más importante, psicológicamente. Así defiende que uno de los mecanismos básicos de curación que tiene cualquier ser humano es sentirse y conocerse. Por ello es necesario gritar todo aquello que nos atormenta. Evidentemente, Lennon tenía mucho escondido en su interior: había sido abandonado por su padre y había perdido a su madre antes de ser un adulto, tuvo que soportar un divorcio y la muerte de Stuart Sutclife, su mejor amigo, había sido adicto a la heroína y se había rehabilitado, estaba en enfrentamiento permanente con Paul McCartney, sufrió las consecuencias de ser un famoso atormentado y además había tenido que hacer frente a un aborto espontáneo de Yoko pocos meses antes. Eso era demasiado para su mente y John creyó que la terapia del doctor Janov podía ser una buena solución. Y lo fue. O eso parece. Pero también le sirvió para enfrentarse a la vida de otra manera. Ya no quería hablar de amores, de escenas bonitas y de pasiones encontradas. Tenía la necesidad de ser más crudo. Y la terapia le convenció que los Beatles no le servían para eso. JanovbookEso le llevó probablemente a realizar el disco Plastic Ono Band que se alejaba totalmente de lo que esperaban los fans de los Fab Four. Un disco directo, casi sangrante, una obra maestra que descolocaba totalmente a sus seguidores de su propuesta. Una alienación del mundo hacia un espejo vital en el que se reflejaba su propia alma. Pero, al fin y al cabo, una alienación. Aunque eso, a Lennon, poco le importaba. El álbum era fantástico. De eso no hay duda. Y además, aparentemente, había vencido a sus miedos aunque lo hubiera hecho a costa de la que para muchos era la mejor banda de la historia del rock and roll. Ya no tenía ganas de mostrarse como un tipo simpático. Sólo quería ser como era y que todos le respetaran como tal. Pero se pasó. Tras cuatro meses de terapia el tratamiento se paró cuando su cabeza se concentró en los problemas que tenía para permanecer en Estados Unidos fruto de los temores que despertaba su presencia en la administración Nixon. Esa suspensión brusca del tratamiento y la desaparición de su vida del doctor Janov, que ya no quiso saber nada más de él, tuvieron en su carácter el efecto contrario al que se espera de cualquier terapia. John Lennon se volvió un tipo aún más irascible de lo que ya de por sí era. Un irónico permanente que era noticia constante a causa de los persistentes ataques a los que habían sido sus amigos. El 8 de diciembre de 1970 era entrevistado por Jann Wenner para la revista Rolling Stone. Entre sus “perlas” encontramos cosas como “Paul McCartney es Engelbert Humperdick” o “mucha gente: Dick James, los Derek Taylor y Peter Browns, todos ellos, se creen que son los Beatles…Neil (Aspinall) todos ellos,…Bien yo les digo, malditos, después de trabajar con genios durante 10 o 5 años, empiezan a pensar que lo son”.

 

Eduardo Izquierdo

(Artículo inédito escrito en octubre de 2008)

 

Fuentes:

Web www.primaltherapy.com

Biografía de John Lennon. Editorial Cúpula.

Artículo “¿Qué sabe Vd. De Arthur Janov?”. Raúl Guerra Garrido. El País.

John Lennon. La biografía de un genio. Jordi Tardà/ Ann Puebles

Nowhere Man. Los últimos días de John Lennon. Robert Rosen.

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