El vocalista de Arizona es una de las personalidades más destacadas del género fumeta. Tan dilatada carrera no ha servido para que pueda abandonar definitivamente su ocupación como veterinario pero sí para granjearle la admiración y la simpatía de un buen puñado de fieles. Bien pensado quizás sea él mismo el que no quiere dejar de trabajar en otra de sus pasiones, los animales, y continuar teniendo los pies firmemente asentados sobre el suelo alejado del rol de estrella del rock. John siempre ha sido un personaje honrado y coherente, fiel a sus principios y leal a su filosofía de vida.
Pese a esa modestia no cabe duda alguna que su trayectoria, Kyuss (cuyo culto no ha parado de aumentar desde su separación incluso entre las jóvenes generaciones), Slo Burn, Unida, Hermano y, más recientemente, Vista Chino, ha sido, y es, seminal y altamente influyente entre los devotos de los terrenos arenosos. Llegado hasta aquí presenta su primer disco en solitario, según explica cree que “es la hora de publicar estas canciones escritas a lo largo de los años y que no acababan de encajar en ninguno de los grupos anteriores…” Argumento rebatible cuanto menos ya que los temas no dejan de ser una reafirmación de su visión del rock y no varían en demasía los parámetros que ha ido utilizando en todos estos años como compositor.
Pero dejemos atrás debates y centrémonos en la grabación. Canta tan bien como de costumbre y ahí tenemos la mayor pega del compacto para un servidor, su voz está demasiado empastada dentro del apoyo instrumental restando protagonismo a la mejor baza que posee, sus cuerdas vocales. Aunque dado su historial discográfico es posible que quiera sonar así. Revisa una pieza de sus tiempos con Slo Burn, «Cactus Jumper» aquí titulada «All These Walls», hace una versión, «Rolling Stoned», de los canadienses Black Mastiff (a los que parece va a producir en su nueva grabación), deja sentada su posición de privilegio en el negociado stoner con riffs cojonudos, la originalidad de «Flower», el tenso trote que guía «His Bullet’s Energy» (escrita a los 19 años cuando vivía junto a Nick Oliveri en Palm Springs), y con composiciones, «Saddleback» o la inicial «My Way», abrasadoras como el sol del desierto. No alcanza las cotas de los mayores logros con sus anteriores bandas pero si supera, en mi opinión, lo facturado en su último proyecto Vista Chino.
Resumiendo, un disco bastante más que correcto, editado por Napalm Records, que servirá para traerlo de nuevo por aquí, es un viejo conocido de los escenarios nacionales, en una gira en la que, según anuncia su management, no solo presentará el disco sino que también dedicará espacio a picotear en toda su dilatada existencia musical y que tendrá paradas en Barcelona (26 de noviembre), Madrid (27 de noviembre) y Bilbao (28 de noviembre).
Manel Celeiro
Supera Peace de Vista Chino, vamos Manel!