Tres hermanos que crecen en un hogar de Chicago rodeados de discos de música pop y rock de guitarras, acumulados por un padre coleccionista empedernido y músico. Son Frankie, Patrick y Michael O’Malley, y parece que han nacido para formar una banda de rock. Se pondrán a ello en 2003 con cuatro grandes nombres como referencias esenciales para su proyecto: The Kinks, AC/DC, Everly Brothers y The Beach Boys. Su nuevo disco se llama Record Heat, es ya su séptimo disco en estudio y la fórmula permanece inalterable. Llámenlo pop-rock, pop atómico como hizo David Frickle en Rolling Stone o garage-power-pop como los definió Bill Picture en el San Francisco Chronicle. El caso es que aquí hay, una vez más, buenas melodías, guitarras furiosas que bordean en ocasiones el punk-rock y canciones de corta duración. Cumpliendo los cánones del género, pero haciéndolo muy bien. Sin desentonar en la estantería en la que tienes los discos de los Fountains of Wayne y de los Raconteurs de Jack White, que para algo Jim Diamond, colaborador habitual de los White Stripes y los Sonics se ha encargado de la producción.
Eduardo Izquierdo
