Notable el revuelo que ha levantado el debut auto editado del trío de New York. Normal, son jóvenes, tienen buena imagen y conjugan en sus canciones la dosis justa de rock clásico junto a la comercialidad necesaria para poder entrar a jugar en las ligas mayores. Inician la grabación nadando en las aguas del blues rock más escrupuloso. Con más peso de la raíz británica del negocio que de la rama norteamericana. Nombres como Led Zeppelin o Free se dan la mano en una parte, «Can’t Be Your Man», «Mess Around», «40 Days 40 Nights (Hard Times)», «Tight Grip», enmarcada por buenos riffs y un firme trabajo vocal. Sorprende, por tanto, el quiebro que dan hacia la mitad cuando se lanzan en brazos de un sonido que recuerda a esas bandas de rock amable que alcanzan estatus de multi vendedores en los USA. Canciones como «Cooperstown» o «Lose My Mind» van por esos derroteros. Descolocan. Y mucho. Tanto como la balada «Holding You», el medio tiempo «Walk For Miles» (parido para ser coreado en grandes estadios) o tonadillas ligeras del palo de «Heavy Soul» y «Woe». Azucaradas melodías timoratas que harán las delicias de los pinchadiscos de las emisoras de rock para todos los públicos. ¿Young Oriented Rock? Si, quizás esa sería la definición apropiándonos de las siglas del famoso estilo de los setenta. Rock para jóvenes que no se quieren complicar la vida. Justo lo que prevalece hoy en día. Vistos los elogios que han recogido de publicaciones como Guitar World, Rolling Stone o USA Today no me extrañaría que dieran el pelotazo. En fin, mejor ellos que otros a los que prefiero no citar.
Manel Celeiro
