Muy buena entrada en la sala para recibir a los Burning, una banda muy consciente de que en Bilbao juegan casi como en casa. Quizá por ello, por verlo como concierto importante, tuvimos la compañía del saxo de Maikol en el escenario, un detalle de esos que se valoran. El concierto transcurrió sin muchas pegas que ponerle, más bien todo lo contrario. Valientes para presentar de tirón su último disco al completo, ese Pura Sangre que si ya convencía en casa en directo demuestra que puede compararse sin problema ninguno con el grueso del repertorio clásico, y eso es mucho decir. Ni rechistó la gente, ni un reproche en la primera parte del bolo, consagrada a los temas nuevos, encandilada como estaba con un sonido natural, cálido, un tempo muy confortable, y un fenomenal juego de guitarras Pitu/Pinilla en el que éste último se contuvo bastante de esos ramalazos pirotécnicos a los que con demasiada frecuencia suele recurrir. Johnny, sobra decir, en su salsa. Demostrando que, tal y como decía en una de esas canciones que quedó en la nevera, aún le queda gas. Y mucho.
La segunda parte fue otra cosa, claro. Más en línea con el concierto que cabía esperar, lleno de hits, engorile colectivo y abrazos por doquier. El atraco, el Dinamita, el Gasolina, el Huracán, la chica como tú, El Mueve tus Caderas con riego en plan podio de Formula-1. Cosa grande, elegante, de grupo que no sólo tiene historia detrás, sino que tras cuarenta años es todavía capaz de seguir aportando. Al salir, la sensación unánime de haber asistido a una gran noche. Y de que los Burning están muy lejos de haber dicho su última palabra.
Texto: Eduardo Ranedo
Foto: Dena Flows
Parece que ha habido una simbiosis mental, ¿habéis leído la crónica en musikota? http://www.musikota.com/burning-cronica-kafe-antzokia-bilbao
Pingback: RUTA 66 CRÓNICA Burning, Kafe Antzokia (Bilbao)
eso confirma que estuvieron tan bien!