Willy es un torrente de energía. Tanta que a veces se desborda y es difícil contenerla. De ahí esos atropellados y zigzagueantes últimos tiempos que le ha tocado atravesar. Vertiginosas montañas rusas cruzadas por la desaparición de seres queridos, rupturas amorosas, viajes de larga duración y el traslado a vivir buena parte del año en Madrid dejando atrás la capital catalana. De todas esas vicisitudes nace A 11.000 Kilómetros. Diez canciones donde abre su alma, exorciza demonios interiores, evoca nostalgias de tiempos pasados y vomita sentimientos exponiéndose, desnudo e inocente, a las miradas de aquellos que decidan darle una oportunidad. Hay rock americano, base de su formación musical y parte inseparable de su esencia, melodías pop, treguas acústicas y fraseos cogidos al vuelo de algunos de sus referentes nacionales. A su lado un montón de aliados incondicionales, gente de, entre otros, The Right Ons, Egon Soda, Amigos Imaginarios, Sidonie, Standstill o Santos, que no han dudado en echarle una mano y ponerse a su servicio para dar lustre a una grabación que puede gustar o no, atrévete a escucharla para saberlo, pero que es tremendamente personal, de autor, y que, como una exposición fotográfica, caza en color o en blanco y negro, dependiendo del momento, instantes de vida, historias cotidianas, cervezas compartidas, saludos, despedidas, llamadas en la distancia y lágrimas solitarias.
Manel Celeiro
Foto Principal: Ferran Gassiot