Expectación en la sala de Poble Nou para la primera parada del trío francés en la ciudad condal. Los locales Mindust abrieron la noche. Mejoran concierto tras concierto y su progresión es notable. Cada vez más seguros y confiando plenamente en sus fuerzas dejaron al público satisfecho y preparado para el vuelo sin motor de Mars Red Sky. Acompañados por lisérgicas proyecciones, puntazo para apoyar la creación de atmósferas, los de Burdeos dieron un excelente concierto. Denso cuando la situación lo requería y grácil y etéreo cuando era necesario. Parecen a punto de explotar y, de repente, caen en el silencio más sutil en una continua montaña rusa de cambios de ritmo y tiempo. Tienen personalidad, el tratamiento de la voz solista por ejemplo, y huyen de la monotonía del riff desértico fusionando progresivo, muchos de sus pasajes recuerdan a los Pink Floyd de los tiempos de More, Ummagumma o Atom Heart Mother e, incluso (como bien me apunto un colega), ciertos momentos tenían aristas propias de los esquizofrénicos King Crimson de Robert Fripp con la libertad creativa del kraut rock teutón y la omnipresente y oscura sombra de Black Sabbath en la afinación grave. Tan aptos para el público habitual del stoner o el doom como para los que se desviven por la música experimental. Una grata sorpresa.
Manel Celeiro
Foto: Marc Rockenberg
