Este proyecto que tiene detrás a José Fructuoso es una de esas gratas sorpresas que de vez en cuando nos dan las Islas Baleares. Unas islas con querencia por los sonidos americanos donde el folk y el country confluyen a menudo con el aire del Mediterráneo. Tras un primer EP publicado en 2011 con el nombre de Dark Side of Me, ahora llega Invisible una propuesta quizá ligeramente más abierta en los que nombres como Mark Lanegan o Nick Cave dejan un hueco a Will Johnson o Anthony & The Johnsons.
La primera es obligada ¿de dónde surge ese nombre tan curioso?
Pues muy sencillo. La J hace referencia a mi nombre, José, y el 56 es la edad a la que murió mi padre, cuando yo tenía 16 años. Un momento que me marcó para siempre.
Debutaste con el EP Dark Side Of Me hace ya dos años y ahora vuelves con Invisible. La evolución aunque sin perder el estilo parece clara ¿no?
Para mí son bastante diferentes el uno del otro pero a la vez mantienen ese toque melancólico que yo creo que es el punto en común que tienen ambos trabajos. El primero es mucho más oscuro, más directo y rockero, con bajo, batería y guitarras y el segundo es mucho más íntimo, más emotivo y también más cuidado en cuanto a producción, quizás.
¿Por qué apostar por el EP como medio de expresión?
Al ser auto producido es mucho menos costoso para el artista y tampoco no es que sea una persona muy prolífica a la hora de componer. En dos años, tenía un borrador con tan sólo ¡10 temas!
Creo que tú mismo defines este Invisible como más arriesgado. Explícame por qué.
Sí. Básicamente porque son temas muy lentos, densos y con una producción bastante minimalista. Creo que es un tipo de música que te tiene que llegar de una forma muy especial, si no es complicado que te guste. No a todo el mundo le gusta Antony & The Johnsons, ni Scott Matthew, salvando las distancias, claro.
¿Me puedes definir en pocas palabras qué significa para ti cada una de las 4 canciones que integran el EP?
«Don’t let me down» podría definirla como esperanzadora, «It hurts me so bad» es sufrimiento y sentido de pérdida, y tanto «Falling Down» como la última, «My silent prayer», son más nostálgicas y luminosas.
Finalmente ¿cómo está la situación en Mallorca para tu estilo? ¿Puedes tocar habitualmente?
Está difícil la verdad. Mi estilo ya es complicado de por sí, y si a esto le sumamos que no hay muchas salas y que tampoco no hay mucha cultura de música en directo en Mallorca, pues te hace replantearte un poco las cosas. Pero bueno, hay que seguir con paso firme y aprovechando las oportunidades que a uno se le presentan.
Eduardo Izquierdo
