El trío sueco no carga las tintas en las jams espaciales ni en la dureza de las resonancias excesivamente deudoras del hard. Lo que se muda en un sonido más ligero que el de la mayoría de bandas del palo y con una ascendencia marcadamente británica en su concepto. Las alargadas sombras de unos primarios Led Zeppelin o de los Ten Years After de Undead y Stonedhenge valdrían como rápida y legítima manera de definirlos. Blues progresivo de paisajes líricos con un toque garajero muy coyuntural en la época musical en que se inspiran. Tan convincentes cuando tensan los músculos, «Threat from The Underground», «Summoning The Not Living», como cuando reflejan en sus desarrollos instrumentales los fríos parajes de su tierra natal, «Threefold» o «Beware The Moon». Cuentan con la colaboración del guitarrista John Hoyles (Spiders, Witchcraft, Troubled Horse) en tres temas y es de justicia anotar en su haber la concisión con que despachan, en poco más de media hora, las diez canciones de que consta el disco. Cualidad, la de la prudencia, no muy frecuente en bandas de esta condición y que se agradece sobremanera.
Manel Celeiro