El aussie-rock tiene buenos representantes. Uno de ellos, Ron S. Peno de Died Pretty, todavía sigue pateándose garitos y pubs cual embajador de las lejanas antípodas, mostrando al mundo una actitud poco corriente de un tipo de su edad. Él pertenece a esa clase de intérpretes en vía de extinción. Un animal escénico como pocos quedan ya que saben conjugar parca sobriedad, grandes dosis emocionales y unos rasgos salvajes todavía presentes de un crudo pasado. Ron se presentaba acompañado por su guitarrista Cam Butler de Silver Ray junto a dos músicos franceses habituales en las giras por Europa. La publicación del segundo disco con The Superstition Anywhere And Everything Is Bright era el pretexto perfecto para darse a conocer entre un público, si no lo había hecho ya antes, ávido de curiosidad. Y haciendo referencia al título, aquella noche en Zaragoza Ron Peno brilló. El recital se inició con “New Blood” seguida de “I Wish”, las dos de Future Universe. Ausente la orquestación del disco, las canciones suenan menos barrocas y más austeras, pero no por ello emotivas. “My Own Fire to Light” nos acercaba a los melodramas característicos del glam de David Bowie. Destacar a Cam Butler, guitarrista de brocha fina que no dudó en utilizar este objeto para rasgar las cuerdas de su guitarra. Poco ortodoxo en las maneras pero impoluto en aspecto marcaba el ritmo galopante de “The Death of Me”. Hacia mitad del show, echaron mano de temas del último trabajo ensuciados por una mayor distorsión guitarrera en “Call Your Name” o mi preferida “Say It Isn’t So” que podía recordarte a los tiempos de Died Pretty pero más profunda en la voz. Un guiño a Nick Cave en “Myself In Thee” avisó de una prematura despedida completada en el bis con “PS Blues”, un híbrido de blues y punk, donde reconocía su bastardía a Iggy de Stooges.
Por último felicitar a Ricardo y el Pub Eccos que celebraban con esta soberbia actuación 29 años de noches zaragozanas de rock and roll.
Texto y foto: Rubén Vela
