El de Pennsylvania es poseedor de un agudo sentido del humor y, además, me atrevería a decir que dentro de él late alma de monologuista. De entretenedor del verbo, usando su acidez y su capacidad de análisis para destrozar a la sociedad o bien para sacar punta a las situaciones cotidianas. De ahí sus letras paródicas y divertidas y sus actuaciones cachondas con desternillantes introducciones a las interpretaciones e inesperadas lecturas de artistas superventas. Pero eso no debe sepultar su enorme talento y el profundo conocimiento de la tradición musical de su patria. Y capacidad empática para ponerse en la piel de sus personajes cuando la chanza queda atrás y toca apretarse los machos. Y es que en Gone Away Backward el humor, si lo hay, es negro como el carbón. Derrotas y tribulaciones en un disco de sabor terroso teñido del color de la tormenta. Oscilando entre el folk, el country y el bluegrass Robbie factura un disco de tintes tristes y duros. Temática que no logra eclipsar el brillo de muy buenas canciones, composiciones naturales, francas, de bellas melodías y fuerte carga nostálgica. Temas escritos para interpretar a media luz, cuando cae la tarde después de un duro día de trabajo, y es que números como «Where I Fall», «That’s Where I’m From», «When You Get to the Bottom» o «Rose of the Summer» tienen el encanto atemporal de la mejor música campestre.
MANEL CELEIRO