La actuación de la artista bilbaína pone fin al ciclo Caleidoscopio, original formato acústico impulsado por los mentores de la sala ubicada en la calle Santa Bárbara.Dos son las principales características de esta serie: por un lado ampliar el espectro musical habitual en su pequeño escenario, centrado en la música de color; por otro ofrecer un formato diferente, intimo y cercano, merced al cual el espectador que así lo desee puede optar por una entrada VIP, con un desembolso muy poco superior al ticket estándar. Esta le da derecho a acceso preferente a la sala para disfrutar de una selección musical elegida por el artista de turno, y a la hora de la actuación ocupar unas mesas en primera fila del escenario, donde así mismo podrá saborear un variado menú de priva y pitanza: cerveza, vino y cava del primer grupo, canapés salados, gominolas y bombones de tapa. La presentación de “Ceremonia”, premeditadamente o no, trascurrió por unos cauces paralelos al menú ofrecido: dos guitarras sutilmente acariciadas por Ana y David, temas susurrados de salada amargura que narraban, con una media sonrisa en los labios, turbios desencuentros amorosos, reproches lanzados desde el corazón enamorado. Respetuoso silencio observado por un público sensible que conocía los temas de memoria y los coreaba, sonrojando en algunas ocasiones a la tímida Ana. El bombón musical a los postres, algunos temas completados por bases programadas, de los que vamos a destacar esa suerte de mágica bulería magrebí titulada “De Momento Abril”. A las copas de sobremesa se unió J para rematar este atracón de música con sentimiento.
MANUEL BORRERO
