Hace tiempo que James Hunter dejó de ser «el secreto mejor guardado del soul británico», como una vez dijo Van Morrison. El sensacional The Hard Way (2008) salió en pleno auge del revival del soul y R&B clásico y confirmó definitivamente su talento. En Madrid ha tenido días esplendidos -en su primera visita a la sala El Sol-, aceptables -en la infame sala Charada- y otro directamente malo -en el Black is Black Weekend de 2012 en el Matadero-, así que quién sabe qué podía pasar esta vez. Regresaba, eso sí, a lo grande: bautizado como James Hunter Six, con nuevo y brillante trabajo en cinco años, Minute By Minute, y en el escenario idóneo, un bello teatro dotado de una excelente acústica.
La mayúscula incógnita sobre el irregular directo del británico se desvaneció pronto. Tocaba actuación redonda. No se repitieron las interrupciones ni errores técnicos del Matadero. El termómetro lo marcaron quienes se atrevieron a bailar por entre las butacas del Teatro Lara esa antigua música de origen afroamericano interpretada con pasión y profesionalidad irreprochable… por unos señores blancos y maduritos. Una leve afonía del británico pudo haber jugado en su contra en el clásico de R&B “Baby, Don´t Do It” de The 5 Royales, coronado nuevamente como el gran momento de la velada, junto con la maravillosa “Let The Monkey Ride” (la nueva “Carinna”) y un extenso bis, repleto de geniales solos de saxo y teclado, que cobró un enorme valor simbólico: James Hunter ya no es la suma de 1 + 5, sino la de una banda de seis miembros.
TEXTO Y FOTOS: JON PAGOLA
