Seattle, ciudad asociada con movimientos normalmente ajenos al blues, con la honrosa excepción de Jimi Hendrix, es el lugar de origen de este lisérgico dúo que ahonda en la música pantanosa más sucia y oscuro. Filthy Blues es su segundo disco tras su EP homónimo de debut hace un par de años de estos hijos bastardos de Jon Spencer. Arriesgados en sus melodías y en ocasiones incluso en su sucesión de acordes, algo no habitual en el blues huelen a podredumbre y a barra de bar. Con el garage en el horizonte nada es convencional en su propuesta y eso es lo que los hace tremendamente atractivos. Hagan sitio en sus estanterías al lado de Left Lane Cruiser, Black Diamond Heavies, Seasick Steve, Scott H.Biram, Jack White, The Immortal Lee County Killers y el citado Spencer. Ese es su lugar.
Eduardo Izquierdo