Encuentros

Kiko Veneno, 20 años echando cantecitos

El 20 de aniversario de una obra como Échate un Cantecito no podía pasar desapercibido para Ruta 66. Kiko Veneno ha aprovechado el cumpleaños de su obra magna para una gira que le ha llevado a escenarios repartidos por todo el territorio nacional y a una edición especial conmemorativa del disco que incluye un interesante diario manuscrito de los días de grabación. Hablar con él no sólo fue un placer sino una clase magistral para cualquiera que aprecie la música.

 

 

España es lo grande que es gracias a las cabras. Las cabras y las ovejas mantendrían los bosques españoles exentos de incendios. El olivar andaluz que no tiene un puto pájaro se evitarían con las cabras. Nosotros hemos ido contra dirección con la historia de las cabras y el cordero. Las cabras son como los burros, además de sabios son increíblemente fuertes, no molestan y no gastan nada. Todo lo contrario que la gasolina. Los estudiantes deberían pasar una temporada en un pueblo estudiando y cuidando las cabras. Con Internet, debajo de un olivo, pero cuidando las cabras.

(Así empieza una de las mejores entrevistas que nunca ha realizado un servidor gracias, por supuesto, al entrevistado. Muchas cosas quedan para nosotros, otras las tienes aquí)

¿Sabes por qué a Newton le pasó lo de la manzana? Se emborrachó una noche y dijo “mi mujer me va a matar”. Se adormiló debajo de un árbol y entonces la manzana le cayó en toda la cabeza. Y cuando pensó en cómo explicarle a su mujer la cogorza se le ocurrió la teoría de la gravitación. Cuando llegó a su casa con la borrachera y se la contó a su mujer ella le tiró un libro a la cabeza. Eso le confirmó la teoría. Así que sin mujeres no hay teoría.

¿Por qué te estoy entrevistando si vengo de una revista de rock?

Yo me he criado con el rock. Yo me crié escuchando «Twist And Shout» o «Speedy González». Luego llegué al folk de Paco Ibáñez, o Joan Baez y Bob Dylan por motivaciones políticas y sociales. Luego seguí escuchando mucho rock…Los Beatles, los Who, Eddie Cochran…Mi impacto fue el rock, la educación me la dio el folk y el blues.

En Échate un Cantecito cuentas básicamente con guitarristas de blues….

Cuento con la reserva de guitarras de Europa que es Sevilla. Son guitarras callejeras. No es una guitarra virtuosa, es una guitarra de la calle con mucha consistencia harmónica. Es una guitarra muy real. Uno de los mejores exponentes de eso es Andrés “Pájaro” Herrera, que está ahí. Y luego está Lolo Ortega que, con perdón para el resto, es el mejor guitarrista de blues de este país. No hay otro como él.

¿Has oído el disco de Pájaro, Santa Leone?

Claro, es una maravilla. De hecho hice una letra para él. «Luces Rojas» es una letra mía. Es uno de los discos grandes que se ha hecho este año.

¿Cómo ves el cantecito tantos años después?

Creo que es maravilloso. Es un 10 a 0.

¿Cómo el fútbol? ¿Cómo el Barça?

Que va tío, el fútbol es más difícil que la música. La música es algo real. El fútbol se pierde a veces, la música no. Y el Barça no gana nunca 10 a 0.

O el Betis, que tu eres bético…como mi abuelo, aunque él era del Betis, se hizo del Sevilla y luego otra vez del Betis, llámalo raro.

Raro no hombre. Es un tío consecuente que hizo lo que hay que hacer, seguir sus ideas sin importarle convicciones ajenas. Él siguió su intuición real, luego la vida le llevó a sitios que tú no quieres y luego reflexionó al hacerse mayor y pensó “qué coño, yo esto no es lo que quiero”. Tu abuelo es un tío de verdad.

Le propusiste la producción del disco a Santiago Auserón ¿qué pasó?

No fue exactamente así. Un día hablando con Santiago le dije que iba a intentar hacer un último disco porque ya no podía más. Le dije que si no me salía bien y podía empezar a vivir de la música me dedicaba a otra cosa. Una especie de última oportunidad. Al mes me llamó y me dijo que estaba muy preocupado por lo que le había dicho y que me iba a ayudar para que ese no fuera mi último disco. Yo le contesté que encantado de la vida. Además éramos amigos desde el año 79. Me dijo que sólo necesitaba orden y disciplina, y algo de dirección. Establecimos un sistema de trabajo muy sencillo. Yo le enviaba las letras y luego la música y él me iba diciendo “de puta madre”. Eso me hacía sentir amparado porque era una persona relevante y con gran criterio. A mí me gustaban mucho los discos de Radio Futura. Cuando vio que las canciones estaban maduras me puso en contacto con todo sus sistema de producción, entre ellos Joe Dworniak que es el productor de La Canción de Juan Perro.

Eso sí, estuviste casi obligado a prescindir de Raimundo Amador porque te acusaban de ser un catalán que se aprovechaba de los gitanitos de Sevilla.

Es que hay mucha mala leche por ahí. Los Amador eran máquinas. Yo empecé a tocar con ellos intentando mantener la humildad, porque para mí era una suerte que esos chavales quisieran tocar mis canciones. Al final por los dimes y diretes nos acabamos quemando pero yo le estoy agradecido en siete vidas porque Raimundo es el que me hizo músico. Además, el disco de Veneno es un disco grandioso y todos los que dijeron que era un aprovechado se lo tienen que tragar. Cuando saqué el Cantecillo llevaban años esperándome y aprovecharon para acusarme de comercial.

Pero la mayoría de músicos son de fuera.

Esa es la genialidad de Joe. Las maquetas las hicimos en Sevilla en Semana Santa de 1992. Él, que tenía unos padres muy católicos, alucinaba con la Semana Santa. Lo hicimos en el estudio central que era del guitarrista de Triana. Siempre me decía que menos es más y que íbamos a hacer 10 canciones al cien por cien. Grabamos las guías con Lolo en analógico con una sincro. Sólo era la estructura, guitarra y voz. El puente tan conocido de “lo mismo te echo de menos lo mismo que antes te echaba de más” se añadió en el estudio posteriormente, en la canción original no estaba. En Londres él tenía preparados a todos los músicos. Él, antes de tocar con I-Level canciones pop, había empezado con negros en el Instituto que adoraban la música negra. Uno era el Frank, el hijo del batería de Osibisa, y otros amigos suyos. Joe era el bajista y como le gustaba mucho la música africana pensó que ellos serían el armazón. Esa mezcla es lo que le da ese toque tan bonito al disco.

Oye, ahora ese disco quizá no sonaría ni en la radio.

Es que no tienen vergüenza. Sólo queremos dinero y poder ¿sabes para qué quieren un Audi los españoles? Para ponerse pegado al culo del coche de adelante y gritarle “hijo de puta apártate que te tengo que adelantar que mi coche es mejor”. Es un tema cultural. Hemos cambiado el valor de las cosas. Ya no interesan las cosas bien hechas, se ha quedado en algo marginal en algunos sectores de la vida. Ya no hay espacio para la música en televisión. Yo hubo un momento en que intentando ser conciliador pensé, igual es que la televisión no es sitio para la música pero luego vi el programa de Jools Holland en Canal+ y pensé ¡qué coño! Esta gente no quieren y punto.

A esos shows es donde van los grupos de fuera a presentar sus disco.

Así somos. Ya no quedan cosas así aquí.

Oye, cambiando de tema, a ti te gusta mucho experimentar con la música ¿no?

Claro, me encantan las vanguardias. El otro día fui a ver a Wilco y disfruté mucho. Me encantan las nuevas formas. Bon Iver, por ejemplo, me parecen buenísimos. The Black Keys me parecen que estar muy bien. Arctic Monkeys tienen canciones fantásticas.

Y de nacionales ¿qué me dices?

No sé, a veces escucho cosas que me gustan. Me interesa mucho la escena folk catalana. Veo mucho color y una buena actitud. Hacen lo que les da la gana y con mucho criterio. Es difícil hacer grandes aportaciones hoy en día pero está bien intentarlo.

Y ahora ¿en qué andas?

Pues en un disco que voy a sacar producido por Refree. Ya ves, mi vena experimental que sale de nuevo. Yo pedí a la discográfica un productor y me propusieron a  Raúl. La verdad es que todo ha ido genial y estoy muy contento del disco.

Eduardo Izquierdo

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