Encuentros

Patti Smith (versión ampliada web)

La autora de Horses nos atiende desde una habitación de hotel en San Diego, en el transcurso del tramo norteamericano de la gira que este mes la trae de vuelta a nuestro país para presentar su nuevo trabajo, Banga. Poseedora de una personaldidad tan carismática como controvertida, a la hora de enfrentarse a Patti Smith se hace necesario buscar un punto intermedio, entre el oportunismo con que la retrata Por favor, mátame y el perpetuo síndrome de Stendhal de sus apariciones públicas.

 

 

 

Después de triunfar como escritora, pintora, fotógrafa… ¿Qué te aporta la música?

La música es un trabajo colectivo, mientras que la escritura o la pintura son disciplinas mucho más individualistas. Para mi es excitante volver a trabajar con mi banda, y subirnos al escenario para actuar frente a miles de personas cada noche. Además, el impacto de grabar un nuevo disco es mucho mayor y me permite lanzar mi mensaje al mundo con mayor contundencia. Por suerte, la fuerza del rock & roll sigue siendo enorme.

Muchas de las canciones de Banga se inspiran directamente en otros artistas, desde Andrei Tarkovsky a Maria Schneider o Nikolai Gogol ¿qué te lleva a escribir sobre ellos? ¿su obra o sus vidas?

Su obra y su personalidad. Pero no hay reglas en ese aspecto, y cada canción tiene su propia historia. Tienes un tema como «Tarkovsky», que nació como un poema inspirado en su película La infancia de Iván, un film exquisito. Y por otra parte estaría «Nine», que habla sobre la vida de mi buen amigo Johnny Depp. No es nada nuevo: siempre me ha inspirado el trabajo de otras personas, y me ha motivado para corresponder esa inspiración a través de mi propia obra.

«This is the girl» habla de Amy Winehouse. En Gone Again ya habías escrito sobre Kurt Cobain

Son canciones inspiradas por un sentimiento de pérdida hacia artistas jóvenes que dejan tras de sí una obra maravillosa, aunque sea corta. En el caso particular de Amy, la admiro por su maestría interpretando géneros musicales de mi generación, y como logró hacerlos sonar actuales. Escribí ese tema en España, porque la noche en que me enteré de su muerte daba un recital en Madrid junto a mi bajista Tony Sanahan, y escribí un pequeño poema sobre ella, que sirvió como base a la canción.

La forma de trabajar del Patti Smith Group, ¿ha variado mucho desde los 70?

El mayor cambio es que nuestro pianista Richard Sohl, por desgracia, ya no se encuentra entre nosotros. Nunca volveremos a sonar igual sin él, porque además de un magnífico intérprete le encantaba improvisar en el escenario. Lo demás es prácticamente idéntico, y trabajamos de forma modesta, sin apenas técnicos de escenario, variando mucho los repertorios y utilizando el mismo equipo que cuando tocábamos en el CBGB’s.

Retomaste tu carrera musical a mediados de los 90. ¿Qué balance haces de esa segunda etapa?

Ningún artista está satisfecho al 100% de su obra, porque eso supondría considerar que ha alcanzado la perfección, y la única decisión posible después de eso sería dejar de trabajar. En cuanto termino un disco empiezo a pensar en el siguiente, y en que sea mejor. Esta etapa de mi carrera ha sido muy fructífera, y agradezco el reconocimiento obtenido, aunque eso no significa nada. Porque la historia de la cultura está llena de genios que se murieron de hambre, como William Blake, Baudelaire o Van Gogh. Es parte de nuestro destino como artista. Porque cuando decidimos convertirnos en músicos o poetas hacemos una serie de votos, como los de los monjes. Y no rezamos por la fama o el reconocimiento de nuestra obra, sino únicamente por la iluminación.

¿Habrías vuelto a la vida pública de no haberte quedado viuda?

Tomé esa decisión porque cuando mi marido Fred “Sonic” Smith falleció, me vi sola y con la obligación de sacar adelante a mis dos hijos pequeños. De haber seguido él vivo, seguramente mi vida en los últimos años habría sido muy diferente. Por suerte, conté con el apoyo de muchos de mis amigos en el negocio como Bob Dylan o Allen Ginsberg, por no hablar del de mis compañeros de grupo o de nuevos amigos como Michael Stipe, que fue fundamental para mi en aquellos momentos. Pero lo más importante fue la reacción del público en aquellos primeros conciertos, que fue inolvidable y me hizo sentir que el esfuerzo había valido la pena.

Tu novela Éramos unos niños fue aclamada por la crítica y obtuvo importantes premios literarios. ¿Es difícil obtener reconocimiento como escritora viniendo del mundo del rock?

Lo que es difícil en América es ser aceptada como artista. Si lideras una banda de Rock, muchos americanos dudan de que tengas la inteligencia y la visión artística suficiente, y no te toman en serio. Esa una forma muy rancia de ver las cosas típicamente americana, que no creo que tengáis en Europa, donde me siento más arropada. Pero confío en que cambie pronto, porque cada vez triunfan más artistas americanos multidisciplinares. De todos modos, mi caso es diferente, porque cuando grabé Horses en 1975 ya era conocida como poeta, y siempre he sido aceptada en los círculos literarios.

Tu visión artística siempre ha sido eminentemente europea

La mayoría de mis escritores y artistas favoritos son europeos, y con solo pasear por la calle cuando os visito, ya siento que estoy respirando arte y cultura disfrutando de vuestra maravillosa arquitectura. Aunque asumo mis limitaciones: carezco de la sofisticación y la conciencia artística que tenéis los europeos, y procedo en cambio de una cultura de Jazz, Rock & Roll y expresionismo abstracto. Soy ambivalente: muy americana como cantante, y más europea en mi otra faceta como artista.

¿Estás trabajando en otro libro?

Me considero sobre todo una escritora, todos los días necesito mis momentos de privacidad para escribir, y es una parte fundamental de mi día a día. Tengo dos proyectos ahora mismo: una novela y otro libro de no ficción como Éramos unos niños. Al igual que ésta, se podrá leer como una novela convencional. Creo que el secreto para conseguirlo está en revestir con elementos de fábula los hechos reales que uno narra.

¿Qué significó para ti actuar en el último trabajo de Godard, Film Socialisme?

El rodaje consistió en viajar con Godard durante días en un crucero en el Costa Concordia. Fue una experiencia inusual, porque es una persona muy hermética y secretista con sus métodos de trabajo, no dedicó demasiado tiempo a filmar, y al final no utilizó casi nada del metraje que rodó conmigo. Pero a nivel personal, el propio viaje fue más importante que aparecer en la película, porque pude verle trabajar de cerca, y el crucero hizo paradas muy interesantes. Estuvimos en Egipto, Chipre, Estambul… Fue una travesía muy fructífera: durante esos días escribí dos temas de mi nuevo álbum, «Banga» y «Seneca».

El Patti Smith Grop fuisteis una de las primeras bandas de rock que actuó en España tras la muerte de Franco, en 1976 en Badalona. ¿Qué recuerdas de aquello?

¡Fue un concierto fantástico! (se emociona). Recuerdo que era el día del cumpleaños de Arthur Rimbaud. El rock era aún algo nuevo para los españoles, y los aspectos técnicos de los conciertos eran muy rudimentarios, pero el entusiasmo del público lo compensó todo. Más que un concierto, fue una gran celebración de libertad colectiva. Pude pasar unos días en Barcelona y tengo gratos recuerdos, se respiraba esperanza en el aire por la llegada de la democracia.

¿Cómo ves España a día de hoy?

Como ciudadana americana, seguramente no esté capacitada para hacer un diagnóstico de la situación de tu país, pero para mi grupo siempre ha sido un sitio estupendo para tocar. Tenéis teatros magníficos con una acústica espectacular. Lo mejor de España es que aunque de un recital o una actuación acústica, nunca es un concierto tranquilo, porque la gente es incapaz de estarse quieta (Risas). En esta nueva gira, tocaremos muchos temas nuevos, pero también el material clásico, con especial atención a Horses.

Siempre reivindicas en público lo importante que fue el rock para tu generación y voces como las de Dylan o Lennon. ¿No crees que el rock ha perdido su influencia en la sociedad?

Cuando yo era joven, necesitábamos voces artísticas individuales, líderes culturales si prefieres decirlo así, que inspirasen a la gente a movilizarse y nos hicieran creer que era posible cambiar el mundo. Hoy en día, en pleno siglo XXI, ya no necesitamos líderes de ese tipo, porque somos una sociedad muy avanzada tecnológicamente, con capacidad para organizarnos. Los artistas tenemos que seguir apoyando esos movimientos, pero la diferencia es que ya no debemos encabezarlos, sino integrarnos en ellos. Allá donde voy veo el activismo en las calles: en España con el movimiento 15-M o en Estados Unidos el de Occupy Wall Street. Hay quien dice que vivimos en la era más individualista de nuestra historia, pero yo creo que es justo lo contrario, que lo hacemos en la de la lucha colectiva. Hay mucho trabajo por hacer en el movimiento pacifista o la defensa del medio ambiente. Nuestro mundo está gobernado por grandes multinacionales y por gobiernos fuertemente militarizados, y nuestra única arma es la movilización social organizada a nivel global.

Un comentario

  1. Patti siempre tan sabia…..pero porque Leon le hace la entrevista? escribió sobre ella sin piedad en el Ruta…y contradiciendo ademas….lo que dice Patti en la entrevista le sirve de respuesta, una mente estrecha que no es capaz de aceptar que alguien que haga rock haga otras cosas, escriba poesía y demás

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