Encuentros

Christian Bland, Austin Psych Fest 2012

Uno de los principales atractivos que para servidor tuvo el Austin Psych Fest fue el ambiente distendido que se respiraba en la zona al aire libre que se abría entre las dos salas donde tenían lugar los conciertos. Una suerte de ágora neo-hippy donde público y artistas se mezclaban sin problemas, eliminando la siempre incómoda y artificiosa barrera que separa a unos y otros en pos de una camaradería más natural, más acorde con el perfil buenrollista del festi. También, cómo no, podía uno cruzarse con cualquiera de los cuatro directores del evento, oportunidad que aproveché para pedirle a Christian Bland, guitarrista de The Black Angels, que atendiera al cuestionario rutero. Lo hizo mostrando una total disposición, agradecido por el interés español en el (cada vez menos pequeño) festival que co-dirige.

 

¿Por qué es Austin la ciudad idónea para un festival de estas características y cómo valoras el haber llegado hasta esta quinta edición?

El rock psicodélico arrancó en Austin con 13th Floor Elevators, así que no se me ocurre una mejor ciudad para montar un festival de estas características. Cada año montamos el festival en un sitio nuevo, lo que es un verdadero desafío. Para esta edición estuvimos a punto de organizarlo en el campo, en una parecela cerca del aeropuerto, para que tuviera ese punto de festival al aire libre, con la gente acampada. Pero no ha podido ser. Me gusta pensar que vamos creciendo de forma controlada, solventando los problemas con que nos encontrando y aprendiendo de los errores que cometemos.  

¿Cómo surgió la idea del Austin Psych Fest?

En 2005, The Black Angels empezamos a ir de gira por EEUU y Europa y fuimos encontrando un distintas bandas que nos encantaban y que pensamos que estaría genial poder reunir a unas cuantas de ellas en una especie de fiesta psicodélica. Para la primera edición juntamos a once en el local Red Barn. Lo organizamos el sábado anterior al South By Southwest, así podíamos pagarles algo de dinero a las bandas para sobrevivir durante el macro-festival. El siguiente año ampliamos a tres días, viernes, sábado y domingo, pero mantuvimos la cita el fin de semana antes del SXSW. Lo que sucedió ese año es que dos de las bandas que trajimos, A Place to Bury Strangers y Dead Meadow, se largaron de Austin antes de que arrancara el SXSW, lo que nos hizo pensar que el nuestro podía desarrollarse de forma autónoma, sin pensar en nuestro hermano mayor. Así, desde el tercer año el festival se desarrolla a finales de abril.

¿Qué significa para The Black Angels actuar aquí cada año?

Es algo mágico, como la mañana después de Navidad. Son nuestros días favoritos de todo el año, sin duda. El set-list de cuando tocamos aquí lo preparamos con un mimo especial, tratando de elegir aquellas canciones menos obvias, aquellas que pensamos encajan más con el perfil del festival y del público. Y más allá de nuestras actuaciones y del estrés mío y de Alex coordinando entre bastidores, nos gusta ver que tanto los grupos como el público disfrutan de nuestro pequeño festival. El ambiente que se respira durante estos días es muy especial, seguro que te habrás ya dado cuenta de ello.

Totalmente. Háblanos de cómo era Austin cuando formásteis el grupo.

Por aquella época había pocos grupos de nuestra onda por aquí. Es cierto que había bandas haciendo una psicodelia shoegaze, en la onda de Slowdive, pero en cuanto a guitarras de 12 cuerdas y pedales de fuzz, éramos los únicos. Bueno, estaban The Strange Boys en Dallas, jovencísimos por aquél entonces y una de mis bandas favoritas desde entonces. Giramos varias veces con ellos y nos lo pasamos en grande. Recientemente han surgido nuevos grupos en Austin que me gustan como Shapes Have Fangs, que tocaron como banda de Sky Saxon en la segunda edición del APF o Indian Jewelry, que tocan este año.

Supongo que salir de gira junto a Roky Erickson fue algo especial para vosotros, ¿verdad?

En 2008 nos invitaron a tocar en el mini festival Roky Ice Cream Social que tiene lugar cada año durante el SXSW. Conocimos a su mánager y le comentamos que nos encantaría poder tocar con él algun día, si fuese posible. Con aquella sugerencia plantamos la semilla. Al cabo de un tiempo, mientras estábamos de gira por la Costa Oeste, en San Francisco, recibimos una llamada preguntándonos si queríamos ser la banda de Roky. ¡Por supuesto!, contestamos. Alex y yo habíamos visto en directo a Roky hacía unos años, durante una grabación del programa televisivo Austin City Limits, y ambos pensamos que la banda que lo acompañaba era muy ligera, demasiado bluesy. Nosotros queríamos devolverle el punch de antaño y, además, animarle a recuperar los viejos temas de 13th Floor Elevators.

¿Y cómo respondió?

Él siempre toca «You’re Gonna Miss Me» y «Splash One» en directo, pero nos dijo que hacía más de 30 que no había tocado «Roller Coaster», «Reverberation» o «Don’t Fall Down» desde hacía más de 30 años. En el primer ensayo que hicimos, probamos con la versión eléctrica de Reverberation, pero al poco rato de empezarla nos paró en seco y nos dijo refunfuñando “No me acuerdo de ésta, probemos con «Night of the Vampire»”. Como vimos que iba a ser difícil, Nate y yo le invitamos a nuestra casa a tocar en acústico esos viejos clásicos. Le imprimimos las letras y los acordes, se los pusimos en un atril, y poco a poco, con paciencia y paso firme, desenpolvamos de su memoria esas grandes canciones que el tiempo había difuminado de su memoria. Para él supuso un esfuerzo físico y mental, pero se notaba que estaba disfrutando de todo el proceso. Fue un momento mágico.

¿Os contó viejas historias de sus años locos en San Francisco, a mediados de los 60?

Sí, sí. Nos contaba: “Recuerdo un concierto de The Byrds y, tal como os lo digo, es fue un show muy controvertido”. Y nosotros en plan, ¿controvertido? ¿estás seguro? ¿por qué? Y él se iba a por otra historia (risas). Como aquella vez que se dirigían a actuar a un pueblo perdido del oeste de Texas y vieron a un lado de la carretera un cartel luminoso que ponía “The Yardbirds live tonight”. Incrédulos, pararon su furgoneta y, efectivamente, allí estaban The Yardbirds preparándolo todo para dar un concierto en ese sitio en medio de ninguna parte.

Cuéntanos cómo surgió el proyecto Christian Bland & The Revelators.

Es otra plataforma con la que dar salida a mi creatividad; siempre estoy escribiendo canciones, tocando mi guitarra y grabando en mis ratos muertos. Lo cierto es que en los confines de The Black Angels es imposible lanzar un disco al año. Funcionamos así: grabamos un disco y giramos durante un año, grabamos otros disco y giramos durante otro año. Gracias al Austin Psych Fest hemos podido crear un sello propio, The Reverberation Appreciation Society, y así puedo darle salida al material que voy grabando con los Revelators.

 Y también tienes tiempo de seguir creando al frente de Bland Design, el estudio responsable de la dirección de arte de The Black Angels.

Estudie publicidad y diseño gráfico y lo cierto es que creía, como mis padres, que iba a dedicarme a eso. Me gusta trabajar en las portadas de nuestros discos mientras estamos en el estudio; me llevo el ordenador y voy recopilando ideas, apuntes, esbozos, fotografías. Me gusta que las imágenes se fundan con la música, que formen un todo.

 www.austinpsychfest.com

www.theblackangels.com

www.myspace.com/thechristianbland

www.bland-design.com

 Roger Estrada

Foto: Alexandra Valenti

 

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