
Tweedy y compañía llegan cargados de normalidad, cuando sus roadies ya han preparado una especie de set que sólo deja libre apenas 30 plazas dentro de la tienda. Servidor acaba en el mostrador de caja. Cuando la cosa se inicia, la sensación de estar viviendo algo mágico es increíble. Jeff Tweedy, John Stirratt, Nels Cline,Pat Sansone, Mikael Jorgensen y el batería Glenn Kotche tocando percusiones encima de un taburete. Todos, estaban todos. Nada de acústicos de un par de sus miembros. La banda al completo contagiada del buen humor imperante. Tweedy bromea. Responde a las peticiones con respuestas hilarantes como “esa no es una canción para estas horas de la mañana” y la banda regala un repertorio de 8 temas que se van a los tres cuartos de hora largos de set. «War on War», «I Might», «Country Disappeared», «California Stars» (tremenda), «Whole Love», «Born Alone», «Heavy Metal Drummer» y «Dawned On Me». Acaba el bolo y la nube no se desinfla. Experiencia única. La banda se refugia en el piso de arriba y, al rato, uno de los empleados de la tienda pasa con un montón de discos escogidos para comprar. La gente de la calle pregunta si hay posibilidad de que firmen unos álbums o se hagan fotos. Aceptan. De dos en dos vamos pasando mientras las existencias de discos de Wilco se agotan en la tienda. Cuando tengo a Tweedy delante, mientras el maestro Ignacio Julià entabla una conversación con la banda, me limito a soltar un “thank you”. Nada más. Él creyó que lo hacía por la copia de A.M. que me estaba firmando en vinilo. Yo, en cambio, lo hacía por la maravillosa hora anterior que me había hecho pasar.
Hank C.Jr
Foto: Santi Comelles