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Sorteamos entradas para el Festival de Rock


Organizado por Bankrobber & Chesapik, y recomendado por Ruta 66 el próximo sábado 28 en la barcelonesa sala Apolo. ¿Quieres una de las dos entradas dobles que sorteamos? Escribe a  alfredruta66@yahoo.es, dinos el nombre de la banda que actuará además de Le Petit Ramon y Very Pomelo (que presentan su nuevo disco) y pásatelo de muerte. El plazo de admisión de respuestas se cierra mañana viernes a las 18:00 horas….

Para abrir boca, recuperamos textos dedicados a los grupos participantes.

 

 

LE PETIT RAMON

Caldo de lobo aullador

Ramón Faura es el alma de Le Petit Ramon. A lo largo de los años, el barcelonés ha forjado un sonido propio y, en sus dos últimos discos, ha encontrado además en Xavi Tasies (percusiones) y Elvira Jiménez (cello) a los compañeros perfectos para su música. Brou, en catalán caldo, es su último trabajo, un disco bluesero grabado de forma casera, con pocos medios pero las ideas muy claras. “Creo que Brou realmente resume un poco el disco, el cocido donde no solo están todos los elementos o las cosas que más me gustan, sino que muestra también una cocina tradicional y vieja, sucia”, explica.

Canciones tan increíbles como «Qui Vol Consells?» ejemplifican lo que se puede hacer con un cello, una guitarra acústica y percusiones. Menos es más y mejor. En este disco el blues supura por todos sus poros, como un buen caldo de cultivo para sus canciones, sin miedo a darlo todo y arriesgarse. “Me di cuenta que en Cataluña hay cierta prudencia a no ser muy histriónico”, dice Faura. “Mis cantantes favoritos en realidad lo son mucho, los de blues cantan así porque son así, pero luego están Captain Beefheart, los Rolling Stones, Paul McCartney, cosas muy clásicas, pero que te das cuenta que actúan cuando cantan. Empecé a jugar con esto, ya no te da corte hacer una versión casi cómica o muy poco solemne de las cosas que te gustan. No te sientes ridículo al exagerar formas dramáticas en la forma de cantar. Ya no te preocupa tanto cantar bien, como interpretar bien, que es distinto. Toda esta parte más visceral es cuando sale a flote. Y con la guitarra un poco lo mismo. De repente no te cortas en coger el riff de «Smokestack Lightning» de Howlin’ Wolf, hacértelo tuyo y montar un tema. Es una música tradicional. Y siempre ha funcionado así. Todo eso es más evidente porque se te va de la cabeza la pretensión de originalidad, que es un tema que cada vez me aburre más”.

Esta actitud da un toque único y especial a su música, distintiva al usar esos instrumentos: “Es una buena manera de filtrar mi obsesión más rock and roll, porque yo soy muy clásico, me gustan los Stones, Beatles, Pretty Things, los Who, Kinks, The Jam, Sex Pistols, la psicodelia. Si todo esto lo tienes en la cabeza pero los instrumentos son otros, te obliga a darle la vuelta, a no convertirte en un grupo ortodoxo con flequillo haciendo lo que tus héroes, sino a tratar de aportar algo de tu parte”. ANABEL VÉLEZ

 

VERY POMELO

¿El futuro de la especie?

Por si la cosa no estuviera suficientemente complicada, hay quien escoge el camino con más curvas. Xarim, por ejemplo. Bautiza a su banda con un nombre suficientemente complejo y alejado del estándar rock como Very Pomelo. E inicia su carrera con una (injusta) etiqueta pegada al lomo, la que los engloba en el rock con parentesco rumbero por una de sus primerizas canciones.

“La verdad es que no sé muy bien por qué dicen que hacemos rumba”, explica. “Llevo toda la vida metido en el rock’n’roll y dudo que sepa hacer otra cosa. Solamente me topé con que el rockabilly y la rumba tenían el mismo patrón rítmico y para pasar el rato hicimos un túrmix con eso en dos canciones. Matas a un perro y te llaman rumbero. En fin. Mis discos favoritos de siempre son el Exile [por supuesto] y The Basement Tapes. Por eso decidimos grabar con un solo micro. Bueno, en la batería pusimos dos para que Pol no se quejara. Suena cutre, claro. A veces no se oye el bombo y otras no se oye la caja. Pero, joder, ¿desde cuándo tiene que oírse todo claramente?”.

Este guitarrista y cantante es el alma principal de uno de los discos más atípicos, retorcidos y gratificantes de la temporada. Ecos de la psicodelia catalana escuela Pau Riba circa Dioptría, letras forzadas al máximo, localismo universal y un sano desengaño vital bañado en ironía y alcohol, todo da forma a Xurrac Asclat (Chesapik), peligroso equilibrio sobre una cuerda tendida y tensada con ambos postes en tierra de nadie.

Disco radical grabado de forma radical: “Decidí irme a mi pueblo porque quería grabarlo de noche. La casa de mi abuela está en el casco antiguo pero los vecinos son todos viejos y están sordos. Hasta que no vino Pol no se quejaron. Así que me emborrachaba en el pueblo y luego subía a grabar de madrugada. Cuando la mayor parte estuvo hecha, me lo llevé todo a Gràcia y allí lo terminamos. Los Pomelos somos un sexteto. Éramos cinco, que es el número mágico, pero pusimos una trompeta porque me salió de los cojones. Así que somos Pol, Richi, Edgar, Santi, Pep y yo que me llamo Xarim”.

Pol es uno de los baterías más potentes de la escena catalano- balear —hasta hace poco, en Top Models—, Xarim se recorrió las Españas como Makovski, y junto a sus cuatro secuaces pretenden no dejar indiferente mientras, en su cuartel general del barcelonés barrio de Gràcia, traman la conquista de los escenarios, su hábitat natural. Quien los ha visto en vivo habla maravillas. Ojo a las agendas y a canciones como «He Quedat a les Set» o la excelsa «El Futur de l’Espècie (Una Espècie de Futur)». ALFRED CRESPO

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