Lo de Emmylou es para estudiarlo en una tesis. Tras pasarse la mayor parte de su carrera interpretando material ajeno, se destapó como compositora a los 53 años con Red Dirt Girl (2000) y, desde entonces, está que se sale. Si sus dos entregas anteriores, Stumble Into Grace (2003) y All I Intended To Be (2008), ratificaron que su destape no fue flor de un día, Hard Bargain es la prueba fehaciente de que su escritura ha adquirido una sabiduría envidiable. No es el reseñado el mejor álbum que ha grabado, ni mucho menos. Le falta inventiva en las vestiduras (el productor Jay Joyce y el multi-instrumentista Giles Reeves cumplen pero no arriesgan) y le falta eso que se llama magia (algunas partes carecen del hechizo necesario para atrapar al oyente).
Tiene, sin embargo, lo más importante: un puñado de canciones propias por las que muchos venderían su alma al diablo y un par de meritorias versiones incluyendo el tema titular de Ron Sexsmith. No todo aquí suena a gloria —«Big Black Dock» y «Six White Cadillacs» no terminan de despegar—, pero cuento como mínimo media docena de joyitas que harán las delicias de sus incondicionales y justifican de sobras la compra del cd. Entre ellas destacan la folkie «Darlin’ Kate», homenaje póstumo a Kate McGarrigle, el pop-rock de autor de «Home Sweet Home» y, por encima de todo, «The Road», atmosférico medio tiempo donde la dama del country reflexiona a corazón abierto sobre su relación con Gram Parsons. Tengan un pañuelo cerca por si acaso.
JORDI PUJOL NADAL
