En la frase definitiva, David Byrne reconoce que en los setenta, tocando en las calles de San Francisco, descubrió que estaba más interesado en la ironía que en la utopía. Hoy parece tan o más interesado en la utopía, apostando por un mundo en el que las dos ruedas tengan más protagonismo y las ciudades sean más habitables. El otrora líder de Talking Heads aprovecha desde los años ochenta para meter una bicicleta plegable en su equipaje y recorrer las ciudades que visita, tomando notas (ver journal.davidbyrne.com).
Más rápido que andar, más lento que el tren, con una perspectiva mejor que desde un coche… Gran parte de sus impresiones aparecen ahora en Diarios de Bicicleta, un libro de preciosa portada que homenajea a The Basketball Diaries y Diarios de Motocicleta. Son ocho ciudades (Berlín, Estambul, Buenos Aires, Manila, Sydney, Londres, San Francisco y Nueva York) de las que habla, comentando cómo sus residentes interactúan y la clase de cultura que de ello resulta, a través de múltiples aspectos: urbanismo, música latina, el PowerPoint, el arte, lo kitsch, los estereotipos… Y lo hace sin dogmatismos, expresando sus dudas y sus certezas, desde la perspectiva de un intelectual que se muestra asequible, lúcido, nunca por encima de los demás, todo con la ‘’calidad de vida’’ de las personas como telón de fondo.
Xavier Valiño
