Sala Apolo. Barcelona
Los chicos han vuelto a la ciudad, o al menos lo que queda de ellos. Y además totalmente remozados, uniéndose a los históricos Brian Downey, Scott Gorham y Darren Warthon el bajista multiusos Marco Mendoza, Vivian Campbell y el ex Almighty Ricky Warwick a las voces. Pero antes que ellos tomaron las tablas los supermamones de Tucson, que ejecutaron un recital de factura impecable aunque lastrado en el tiempo. Sus quince minutos de fama quedan ya atrás y parece que ellos son los más conscientes, faltó alma para un cuarteto que parece tener claro que tiran más por inercia que por propia convicción, aunque siempre será un placer escuchar en directo himnos cafres como «The Evil Powers Of Rock’n’Roll» o «Pretty Fucked Up».
Harina de otro costal fue lo de los artífices de Jailbreak, que rayaron a un nivel esplendoroso, atrás quedan los tiempos en que sus recitales nostálgicos parecían más el entretenimiento del binomio Sykes/Gorham que un grupo en toda regla. El retorno del hijo pródigo Brian Downey a los tambores ha insuflado energía y credibilidad a raudales, y Campbell a pesar de su bagaje más metálico toco todas las emocionantes melodías guitarreras junto a Gorham como si hubieran sido compuestas para él. Y dejamos para el final la gran incógnita, que no es otra que ver como encajaba en este invento el Sr. Warwick, pues como anillo al dedo oiga. Bordó las tareas vocales dando sello propio y su actitud bravucona tiro hacia adelante la banda cual caballo percherón. Únase a todo esto un repertorio imbatible lleno de clásicos y con ocultas gemas como «Angel Of Death» y la ecuación da como resultado una ceremonia nostálgica de matrícula de honor, el grupo ideal para hacer justicio al inconmensurable cancionero de Phil Lynnot. Esperemos que no se les suban los humos a la cabeza y no decidan publicar disco nuevo, porqué este ya sería otro tema mucho más espinoso.
XAVI MARTÍNEZ
