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Gary Grimshaw, cóctel mortífero de diseño gráfico, política y rock

Iniciamos una serie de artículos sobre grandes diseñadores de carteles relacionados con el rock’n’roll, completando el trabajo publicado en Ruta 66 nº 278.

Gary Grimshaw (Detroit, 1944) fue el primer cartelista del legendario Grande Ballroom. Además de su brillante trabajo como dibujante, también ha estado profundamente involucrado en las luchas políticas de los años sesenta y setenta, compromiso que ha mantenido a lo largo de los años. Después de su graduación en el colegio se alistó en la Marina, estuvo dos años (1964-1966) destinado en el portaviones Coral Sea durante la Guerra de Vietnam, pasando siete meses en la zona de guerra.

Debido a que el barco tuvo que poner rumbo a San Francisco para unas reparaciones, se vio envuelto casualmente en la emergente escena cultural y política de la ciudad. «En mi primer día libre bajé a tierra y los periódicos de los quioscos estaban llenos de titulares de Marcha por la Paz«, recuerda Grimshaw. «Era la segunda que se organizaba e iba desde el campus de la universidad de Berkeley hasta Oakland. La primera finalizó con los Hell’s Angels zurrando a los asistentes ante la pasividad de la policía. Gracias a las posteriores negociaciones de Allen Ginsberg con ellos, consiguió que participaran en la segunda. Regresé al barco, me vestí de civil y cogí un autobús a Berkeley para participar en la manifestación. Conocía la cultura beat de los cincuenta, la incipiente hippie de los sesenta y el discurso político de la izquierda, pero nunca había participado en algo tan masivo. Durante el periodo 1966-1970 viví a caballo entre Detroit y San Francisco».

Grimshaw asistió a los conciertos del Fillmore y Avalon y rápidamente vio como nacía una escena de carteles psicodélicos que inundaba la ciudad, desde los autobuses hasta los escaparates de las tiendas. Conocía el arte de la impresión de carteles porque de niño había ayudado a su tío en la imprenta que tenía en Dearborn, Michigan y, curiosamente, años más tarde fue donde se imprimieron los posters para el Grande Ballroom. Además, era un fantástico dibujante con una habilidad innata: ya en el colegio hizo para su amigo Rob Tyner —luego vocalista en los MC5— diseños para camisetas de las bandas con las que tocaba. «No tenía aerógrafos, dibujaba sobre la camiseta con rotuladores permanentes. No era un negocio, era un hobby. El primer trabajo que me pagaron fue el cartel que hice en 1966 para el primer concierto en el Grande Ballroom donde tocaron, entre otros, MC5».

Su habilidad con la pluma le proporcionó una rápida reputación: llegó a ser el Director de Arte durante trece números del famoso periódico underground The San Francisco Oracle. También trabajó para la revista política semanal The Berkeley Tribe. En unos de sus viajes a Detroit conoció a Russ Gibb, el propietario del Grande Ballroom. «Por su negocio, Russ dependía mucho de los carteles. Tenía una red de estudiantes que le ayudaban en la distribución. Era de estructura piramidal y se aseguraba que llegaban hasta el último colegio y rincón de Detroit».

«Los carteles para el Grande Ballroom se hacían en un día», se explica Grimshaw. «En cuanto me llegaba la información lo dibujaba rápidamente, luego lo llevaba a la imprenta, donde me estaban esperando, y al finalizar el día estaban preparados para su distribución. Se empapelaba la ciudad de noche. Era de locos, pero ese ritmo desquiciado era bueno porque no tenía mucho tiempo para pensar, la primera idea que te viene a la cabeza es generalmente la mejor. Me empezaron pagando 25 dólares por un cartel, pero pronto me lo subieron. El pago medio era de unos 40, pero llegué a cobrar por alguno 75 dólares. En ese momento el Avalon y el Fillmore de San Francisco pagaban entre 200 y 300 dólares. El presupuesto del Grande Ballroom era minúsculo comparado con ellos. Además, tanto Chet Helms como Bill Graham planeaban con mucha antelación los conciertos y los dibujantes tenían hasta tres semanas para dibujar un cartel. Yo trabajé en unas condiciones más difíciles».

Sus frenéticos viajes entre Detroit y San Francisco le permitieron participar activamente en política en las dos ciudades: llegó a ser Ministro del Arte del White Panther Party y, por tanto, responsable de su iconografía.  También trabajó para la fundación de periódico nacional del partido, Sun/Dance, y su semanario The Sun. Gary Grimshaw también fue el diseñador para MC5: la portada que realizó para su primer álbum, el tremendo Kick Out The Jams, y que finalmente fue descartada, está expuesta en el museo del Rock’n’Roll Hall Of Fame. Cuando John Sinclair, presidente del White Panther Party y manager de MC5, fue arrestado y condenado a diez años de cárcel por estar en posesión de dos porros de marihuana, fue Grimshaw el que se encargó de toda la estética del movimiento Free John Sinclair, así como del cartel del festival The John Sinclair Freedom Rally, en el que actuaron John Lennon, Yoko Ono, Stevie Wonder, Bob Seger y otros muchos en diciembre de 1971.

Grimshaw fue Director de Arte para los Ann Arbor Blues & Jazz Festivals en las ediciones de 1972 y 1973. Trabajó con el Rainbow People’s Party y Rainbow Productions (evolución del White Panther Party tras su disolución) diseñando todo lo concerniente para sus conciertos, bandas, clubes y publicaciones a lo largo de todo Estados Unidos. En 1974 fijó su residencia en Detroit y se concentró en su próspera escena del rock’n’roll dibujando carteles, logotipos y gráficos para promotores y bandas. Fue Director Artístico de la revista Creem entre 1976 y 1984. Interesado en la nueva escena punk fue el cartelista oficial del Bookies Club 870 y del Traxx, los dos principales locales de Detroit donde únicamente se programaba música punk. En 1984, Grimshaw junto con John Sinclair y Frank Bach, formaron MSA (Music/Media Services Associates) una agencia que tenía entre sus clientes a The City Of Detroit Summer Festivals, Chene Park Riverfront Concert Series, The Music Hall Theatre y varias bandas y clubes. La agencia también se encargó del concierto Detroit For Africa.

En 1989, Gary y su esposa Laura se volvieron a instalar en San Francisco permaneciendo allí hasta 2005 donde regresó, parece que definitivamente, a Detroit. Nunca ha dejado de trabajar desde su estudio, entre sus últimos diseños destacan portadas de discos para los sellos A&M, River Road, Polydor, Alive/Total Energy y Bopological Records. Es el autor de la portada de Instinct, el álbum de Iggy Pop.

La ciudad de Detroit le ha rendido homenaje con cuatro exposiciones individuales (1984, 1987, 1996 y 2005). En grupo, The Detroit Institute Of Arts le tuvo en cuenta para las de 1974 y 1980; y The Motor City Joint Show en 1993, exposición compartida con Stanley Mouse, Wes Wilson y Mark Arminski, tres genios del cartel del rock. Asimismo la ciudad de San Francisco también se acordó de él tres años consecutivos para The San Francisco Rock Poster Expo (1992, 1993 y 1994). También se encargó de los carteles para la apertura del Rock’n’Roll Hall Of Fame de Cleveland en 1995, museo donde se pueden contemplar carteles originales suyos.

«El trabajo que hago es arte de masas, en contraposición al arte exclusivo», apostilla Grimshaw. «No es para la exhibición en una galería, es para la impresión. Este tipo de arte es un buen medio para conocer lo que está pasando, y es más democrático que el arte exclusivo, ya que es para muchos. Hay miles de copias de cada obra, por lo que cualquiera lo puede ver o incluso ser propietario de un ejemplar. Cuando hago un cartel, dentro está el promotor, el local, la banda, un montón de personas más que yo. Soy un jugador de un equipo, pero puedo elegir en qué equipo quiero estar».

Manuel Beteta

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