Nacido en Missouri pero actualmente afincado en Berlín, Ian Fisher puede presumir de no ser uno más de los muchos nombres que se mueven en el Americana actual y su voz tiene la culpa de ello. Porque Fisher no es un cantante normal sino un espléndido vocalista con un timbre único. Su último disco, Nero, se editó hace apenas unos meses y es momento de hablar de él en esta ruta.
¿Qué te llevó a trasladarte a Europa?
Empecé a grabar y escribir música en el sótano de la casa de mi familia en Missouri cuando tenía unos 13 años. Quería escribir tres o cuatro canciones cada día. Estaba como poseído. Ahora cuando escucho alguna de aquellas canciones me horrorizo. Son terribles pero forman parte de mi proceso formativo. Me trasladé a Viena en 2008 para seguir con mi carrera de política. Empecé a moverme por Europa y me di cuenta de que quizá podía hacer una carrera con lo que a mí me gustaba, que era la música. Cuanto más tiempo pasaba fuera de Estados Unidos parecía que más me acercaba a mis raíces musicales. Es una curiosa relación inversa. He utilizado la música country como una especie de coraza de seguridad para sentirme como en casa, dondequiera que estuviera.
Entonces Europa también ha influido en tu música ¿o no?
Diría que mi sonido mezcla la música independiente con los instrumentales de los cincuenta y la música country de los sesenta, más la honestidad melancólica de la Europa Central.
Curioso título Nero ¿algo que ver con el emperador romano?
¡Sí! La canción principal del disco tiene una frase que dice “si yo fuera el rey de esta ciudad la quemaría”. Cuando le enseñé esa letra a un amigo me dijo “ni que fueras Nerón quemando Roma” y pensé, ya tengo título. El disco tiene que ver mucho con la destrucción e cosas que fueron importantes para dar lugar a otras, así que pensé que era ideal.
Entonces ¿es una especie de disco conceptual?
No lo creo. Es una simple colección de canciones, nada más. He escrito en mi vida 1200 canciones y estas son las que han entrado en este disco aunque podrían haber sido otras. No suelo escribir sobre un tema en concreto. Me limito a externalizar lo que pasa por mi mente. Es una búsqueda sin fin y a veces no encuentras nada.
Entonces tu estado de ánimo influye cuando escribes.
Todo influye, claro. Las emociones y los pensamientos oscuros que evito a nivel e hacerme la vida más fácil también. Escribir es mi terapia porque me hablo a mí mismo. Mis canciones las escribe mi subconsciente.
Para que la gente identifique tu música ¿con quién te identificas más como ecsritor?
Muchos…Willie Nelson, Hank Williams, Woody Guthrie, Gillian Welch, Bob Dylan, Nina Simone ¡y con mi padre por dejarme tocar su bajo cuando era niño! (risas)
¿Y cómo intérprete?
Sonará raro pero me inspiran mucho Edith Piaf, Marlene Dietrich y Nina Simone. Llevan el alma en sus manos. Y como guitarrista me encanta como mueve los dedos Bob Dylan.
¿Cómo estás presentando el disco?
He montado una banda de cinco miembros y acabamos de hacer 30 conciertos entre Italia, Suiza y Alemania. Después nos iremos a Estados Unidos y luego a Holanda. Me encantaría poder venir a España también.
Eduardo Izquierdo
