Discomático

Jane Kramer – Carnival of Hopes

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Para centrar esta grabación debemos acudir a las palabras de su autora. En la primera cita explica: “escribí las canciones cuando vivía en una pequeña casa flotante en el río Columbia, en Portland, Oregón. La vida que llevaba allí, solitaria, tranquila, me hizo conocerme a fondo, viajar en mi interior”. La segunda: “las relaciones, incluso aquellas que sientes profundamente, aquellas que llevas tatuadas en el hueso, pueden ser brillantes, alegres, risueñas y fugaces. Como un carnaval.”  Queda claro, estamos ante un álbum de sentimientos y emociones, de experiencias vitales.

Jane, no confundir con Jana Kramer, actriz y también cantante, posee una garganta privilegiada, luminosa y cristalina, en la tónica de las grandes damas del género. Su voz es balsámica, limpia y fresca, como esa agua helada que tan bien sienta en esas mañanas nubladas por el alcohol. Y es que, como buen disco de country, estamos ante canciones de corazones rotos, licores diversos, dolor y liberación.

Rodeada por buena parte de los mejores músicos de su ciudad natal, Asheville (Carolina del Norte), alterna sonidos puramente campestres que rozan el bluegrass con partes más eléctricas pero donde realmente sobresale es en los medios tiempos, esas canciones al trote vaquero en que sus cuerdas vocales exhiben todo su esplendor.

Canival of Hopes, su segunda grabación en solitario, es una obra plena de sensibilidad que muestra su talento como compositora, firma todas las canciones excepto una deliciosa lectura del «Down South» de Tom Petty, y la pone en la terna de valores al alza. Y es que de manera serena, con la calma que refleja la foto de portada, el compacto se cuela en el reproductor más veces de las en un principio se podían esperar.

Manel Celeiro

 

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