Encuentros

Oscar Avendaño, Más de licor café que de bourbon…

FARO CHAPELA

El músico gallego presenta una dilatada trayectoria, avalada por su militancia en combos como Tren Fantasma, Casanovas o Brandell Mosca y desde el 2001 ocupa el puesto de bajista en Siniestro Total. Paralelamente a su rol en la emblemática banda viguesa está desarrollando una más que interesante carrera en solitario, protegido por Los Profesionales, que nos ha regalado uno de los mejores, en mi modesta opinión, discos del pasado año. Demasiado Oro es rock & roll de pura cepa, del que se pega  a la piel, una grabación repleta de canciones de aquellas que se hacen compañeras inseparables de tu reproductor durante mucho tiempo. Ya está preparando su próximo disco así que contactamos con él para que nos explicara pasado, presente y futuro. Y, la verdad, vale la pena leerle, tiene cosas muy interesantes que contar.

Tras militar en un montón de grupos y ya como bajista de Siniestro Total te decides a lanzarte a tú propia aventura como líder. ¿Cómo sucede?

Pues casi sin querer… Empecé grabando en casa unos temas que tenía sueltos y que no encajaban en el repertorio de ninguno de esos grupos. Después los colgaba en la red, en aquellos gloriosos tiempos de myspace… Al cabo de un tiempo se pusieron en contacto conmigo Individuos, una banda de Madrid que me parecía que tenían unos cuantos temas cojonudos,  y se ofrecieron a hacerme de banda en un par de bolos. Creo que nos lo pasamos de puta madre tocando juntos los cuatro, pero ya se sabe que las relaciones a distancia son muy difíciles de mantener, y la nuestra estaba condenada a no durar demasiado. Aunque mantenemos una relación cordial y si nos encontramos aún surge el amor.

Pero en cambio, el “proyecto”, esa palabra tan seria que a los músicos les gusta tanto utilizar desde hace unos años, empezó a crecer por su cuenta hasta llegar a convertirse en un disco. La necesidad de defender ese disco en directo fue lo que posteriormente me forzó a reclutar una banda.

Para el primer disco, aparecido en el verano del 2012, cuentas con la colaboración de Ricardo Moreno y Luis García de Los Ronaldos como sección de ritmo y la guitarra de Agus Alonso. Ahí se empiezan a vislumbrar tus intenciones musicales. ¿Fue un primer paso meditado o un vamos a juntarnos a ver qué pasa?

Fue totalmente casual, como casi todo lo que hago. Sucedió que a Ricardo le gustaban mis canciones y me dijo “tío, vamos a grabarlas… yo lío a Luís y tu lías a Agus…”. Buscamos dónde grabarlas, ensayamos un día en la buhardilla del propio Ricardo y grabamos. No había ninguna intención de convertir aquello en un disco, pero tenía tanto swing que me pareció que había que aprovecharlo, que no debía quedarse solo en una anécdota. Supongo que así me obligué a mi mismo a dar un paso en alguna dirección después de pasar tanto tiempo dando vueltas alrededor de mi mismo.

Después de editarlo ya reúnes a los Profesionales para presentarlo. Entre ellos componentes de The Soul Jacket, Pedrito Diablo y Los Cadáveras, Thee Tumbitas, High Sierras o viejos compañeros tuyos de fatigas como Xabier Vieitez. Un lujazo poder contar con ellos como músicos, ¿no?

Por supuesto que lo es, pero de todos modos fue algo totalmente natural porque casi todos habíamos compartido grupos antes. La verdad que hasta que la banda empezó a funcionar no me di cuenta de la suerte que tenía de que estos cuatro me hubieran dicho que sí, porque al margen de lo más o menos hábiles que sean instrumentalmente tienen otra cosa, los cuatro, que me parece fundamental: son tremendamente creativos e ingeniosos. Crucemos los dedos y esperemos que no se aburran de mí, todavía…

¿El espíritu es de solista y acompañantes o de banda de rock al completo?

De banda, sin ninguna duda. A veces hago cosas como solista y es cierto que eso también me interesa mantenerlo, pero lo que sucede cuando nos juntamos es… otra cosa. Supongo que, salvando todas las distancias del mundo, debe ser algo parecido a lo que Neil Young describe acerca de tocar con Crazy Horse: cuando estamos juntos en el escenario dejo de ser simplemente Oscar Avendaño y me convierto en una parte más de Los Profesionales. Y eso es mucho más gratificante y, sobre todo, mucho más divertido.

Con el rodaje y la puesta a punto verificada por la ITV que dan los escenarios llega Demasiado Oro a principios del 2014. Un segundo trabajo que ha cosechado excelentes críticas y que, creo, ha obtenido más repercusión que el debut. ¿Con la lejanía que da el paso del tiempo como ves ahora el álbum? ¿Cambiarias alguna cosa?

Bueno, supongo que te podría decir que cambiaría ciertas cositas… Que si mi voz en tal tema preferiría volver a grabarla, que si mi guitarra en no se donde…. Pero en el fondo… ¿para qué? Lo hecho, hecho está. Si en el disco hay cosas que que no me convencen del todo espero haber aprendido lo suficiente como para no caer en ellas la próxima vez. Aunque doy por hecho que no sucederá jamás y seguiré equivocándome, porque la idea es seguir aprendiendo… y el día que os diga que no he cometido ningún error tenéis permiso para abofetearme, por imbécil.

Las canciones huelen a bourbon y cerveza, a rock clásico, a madera y válvulas. A Stones, Faces y el sur de los USA. ¿Es ese el equipaje sonoro que arrastras?

Me gusta eso de “madera y válvulas”. Y me gusta eso de “equipaje sonoro”. Sí, en el fondo eso es lo que me llega a las entrañas… Te podría decir que escucho todo tipo de música, que puedo disfrutar muchísimo escuchando a Kraftwerk, o a Beck, o a los Ramones, o a Music Machine… y sí, claro, todo eso es cierto. Pero luego hay cositas que te llegan adentro de otra manera y te dejan tocado para siempre. Para mi, eso son los Faces y Ronnie Lane o los Stones de Exile on Main Street. Es el Neil Young de After the Gold Rush o Zuma y el Dylan de Blonde on Blonde y John Wesley Harding…Bourbon no bebo: prefiero el licor café. (Risas)

¿Y a nivel de influencias nacionales? No sé que me responderás si te digo que «El Viento» podría figurar en el repertorio de Lapido…

Pues te responderé que no eres el primero que me lo dice, pero que no es lo que yo pretendía. Me gusta Lapido y me parece un honor que me comparen con él, pero curiosamente no es una de mis grandes influencias… cuando empecé a escribir tenía la vista puesta en Josele Santiago o en Nicolás Pastoriza, pero poco a poco cada vez tengo la vista menos puesta en nadie. La única premisa que tengo ahora mismo es que todo lo que escribo suene honesto, que no me tenga que avergonzar algún día escuchándome. Con eso, me doy por satisfecho.

Me resulta original también la manera en que enfocas el desamor en «Póster Central»… ¿Has tenido un lío con una top model o qué? (Risas)

Supongo que hubiese estado bien, eso… pero no. Esa fue la última letra que hice para el disco y creo que es un poco “clicheísta”… me recuerda a «Didn’t Tell the Man», de Radio Birdman: “I saw you picture in a magazine”, y todo eso. Se me ocurrió viendo una foto de una chica en una valla publicitaria de esas que están por todas partes e imaginando lo que puede ser ser un ex torturado de alguien a quien no puedes dejar de ver por todas partes. Imagino que un buen agobio…Siento echar por tierra algo que podría haber sido una historia fabulosa para subirme el caché entre el público femenino. (Risas)

En «La Primera en la Frente» relatas el destino de un aspirante a estrella del rock. E incluso cantas: “A mí me sobró tiempo para comprender / Que esta historia no me iba a dar de comer…” La dura y jodida realidad del rock en este país. ¿No? ¿Puedes vivir de la música?

Pues he vivido decentemente de la música durante unos cuantos años, pero más allá de el poco interés que despierta ya no el rock si no la cultura general en este país está esta crisis (llámalo crisis, llámalo estafa) en la que nos han metido y que hace que cada vez sea más y más difícil defender este modo de vida. De todos modos es una canción que, siempre que tocamos en salas vacías, hace que recuerde qué cojones estamos haciendo y por qué. No creo que quejarse de la situación cultural vaya a arreglar nada: cuando decidí hacer esto ya sabía dónde me estaba metiendo, y no soy muy de llorar. Me gusta mucho lo que hago y lo que voy dejando detrás. Me siento un privilegiado solamente por tener la oportunidad de hacerlo. Y si resulta que a ti también te gusta, pues ya somos dos. Y si al final somos cinco, pues mejor. Y si no, pues seguiremos siendo dos, y te dedicaré mis discos en exclusiva. (Risas)

Intuyo que trabajas con mimo las letras. Que te gusta contar historias. De ahí la importancia de cantar en castellano, la comunicación. ¿Qué importancia tienen en tus composiciones?

Pues mucha, si te soy sincero. No me considero un buen cantante (ni soy buen guitarrista, ni buen bajista, ni nada), así que el mérito que puedo tener es hacer canciones chulas. Y considero que una canción consiste en música y letra y, aunque es cierto que un gran cantante puede hacer que una chorrada de letra se convierta en algo impresionante, insisto en que yo no lo soy…  así que más me vale contar algo que resulte interesante. El caso es que tampoco soy un tío con demasiada inventiva (no me veo escribiendo una novela, por ejemplo) así que al final termino contando cosas de mi día a día. Y esto es curioso, porque mí día a día tampoco es que sea muy interesante… pero supongo que el modo de contarlo puede hacer que lo parezca. Intentar que los que escuchen las canciones se sientan identificados, no creo que mi día a día sea muy distinto del tuyo. Así que sí: trato de que todo parezca lo más “de verdad” posible… cosa que no es tan difícil si no intentas ser algo que no eres.

También hay tiempo para el rocanrol en vena. Sin tantas complicaciones, el que hace beber y mover la cabeza, caso de «Siéntate y Mira» y, sobre todo, «Perdí mis Gafas de Sol». Bazas ganadoras en vivo supongo…

Pues sí, claro. Son canciones que en directo funcionan de puta madre. El caso de las gafas de sol es especial, se ha convertido en “el momentazo” de los directos… la primera vez que la toqué, en el local, estos no daban crédito a la letra. Pero joder, si las cosas ya funcionan así, ¿para qué darle más vueltas? Como dice Hendrik Röver: “si no está roto, ¿para qué arreglarlo?”  Gran máxima, por cierto.

Cambias de tercio con una pieza instrumental. Un desértico spaghetti western sonoro en toda regla…

Sí. Esta es especial. Es una canción que hice para un grupo en el que tocábamos Xabier Vieitez, Indy Tumbita y yo (ya te digo que casi todos habíamos coincidido antes en otros grupos). Nos llamábamos Los Fortunas, como la canción, que originariamente tenía letra en inglés.

Sucedió que cuando decidí rescatarla para Los Profesionales traté de traducirla al castellano, pero entre que me salía y no me salía, Indy empezó a trabajarse unas líneas melódicas para la guitarra que ya le daban todo el sentido, con lo que decidimos dejarla así: instrumental (otra vez lo de “si no está roto…”).

El caso es que durante el proceso de grabación del disco se nos murió el bajista de Los Fortunas, Álex Lago (también bajista de los Blows y de La Guerra del Fuego). Por eso la titulamos así: se ha quedado como un pequeño homenaje. Igual demasiado pequeño.

Finalizo el repaso deteniéndome en «Las Ruinas». Tema intenso, cocinado a fuego lento durante más de seis minutos y que cuenta con un estribillo demoledor. Por su entonación y por su significado. ¿Cómo nace este tema? Debo ruborizarme y decirte que me flipa y que se ha convertido en una de mis canciones favoritas del año (Risas)…

El que se ruboriza soy yo. (Risas) Te cuento: este ha sido un parto largo y doloroso. La música de la canción puede tener 20 años o así. Nunca le había hecho letra… y nunca la había utilizado para nada. Con Los Profesionales se me han abierto una serie de puertas que me han hecho recordar cosas que tenía olvidadas, y esta resultó ser una de ellas.

La letra, en cambio, es reciente y habla de lo que habla. Y por ahí pasamos todos en un momento u otro. Y sí, sí que duele, eh?

Y ahora ya liado con el tercer paso. En verano adelantaste tres temas en el bandcamp, dos originales, «Canción para Después de la Tormenta» y «Como un Ñu», y una versión de Dylan, «Don’t Think Twice, It’s All Right». Todas con un tono más folk… ¿Estarán las tres en el disco? ¿Irá por esos derroteros el resto del álbum?

No, ninguna de las tres estará en el disco. La versión de Dylan sí está grabada en las mismas sesiones del disco nuevo (e incluye la colaboración de Hendrik Röver al dobro), pero las otras dos son grabaciones caseras. Se trataba de hacer un regalo/incentivo a la gente que nos apoyó con el proceso de crowdfunding de Demasiado Oro, y fueron publicadas en un mini cd que no está a la venta. También se publicó un 7” en vinilo que contiene «Don´t Think Twice…» y «Canción para después de la tormenta» del que solo existen 20 copias.

En cuanto a los derroteros del disco nuevo, pues qué te voy a contar… es rock’n’roll… y en eso caben desde los Byrds a los Beasts of Bourbon (supongo).

Para este trabajo te has ido a Cantabria. A los estudios Guitar Town de Hendrik Röver. ¿Qué te ha llevado hasta allí? 

La casualidad, como siempre: The Soul Jacket se iban allí a grabar su nuevo álbum, Black Cotton Limited y a Mauro se le ocurrió que, ya que teníamos unos cuantos temas nuevos preparados, podríamos acercarnos Andrés y yo al final de sus sesiones y aprovechar para grabarlos. Sin demasiadas pretensiones… solo Mauro con la batería, Andrés con el bajo y yo con la acústica y la armónica. Pero sucedió que quedó muy bien, mucho mejor de lo que esperábamos, así que decidimos hacer unos cuantos temas más (esta vez con la eléctrica), volver, y terminar un L.P.

Según adelantas, el propio Hendrik se suma a Los Profesionales para esa grabación aportando todo tipo de guitarras, dobro y pedal steels…

Más o menos. Sucede que esta vez no somos Los Profesionales al completo los que hemos grabado el disco si no que, como te decía, lo hemos hecho en formato trío. Y es que (signo de los tiempos) a veces y para poder permitirnos tocar tenemos que recortar gastos, lo que se traduce en recortar banda. Cuando hacemos esto nos llamamos Oscar Avendaño & Reposado y bajo ese nombre saldrá el disco.

El caso es que, durante la grabación Hendrik se vino arriba y se sumó al grupo grabando guitarras, dobros, slides, pedal steel y hasta coros. El resultado es que hemos hecho un disco los cuatro (creo que finalmente él toca en 10 de los 12 temas que hemos grabado). A ver ahora como lo defendemos en directo… (Risas)

¿En qué parte del proceso estás? ¿Cuándo podremos disfrutarlo?

El disco está grabado. Ahora hay que mezclarlo, hacer el diseño, hacer la edición y lo más importante: pagarlo. Supongo que lo sacaremos justo antes o justo después del verano, mayo o septiembre.

¿Es sencillo compaginar tu militancia en Siniestro Total con la carrera en solitario?

A veces sí. Es cierto que hay que sacrificarlo todo por Siniestro Total, que en el fondo es lo que nos da de comer… esto quiere decir que si tengo cerrado un concierto con Los Profesionales para dentro de dos meses, y dos días antes de hacerlo me sale algo con Siniestro, pues el de Profesionales se va a la mierda… pero coño, no me voy a quejar teniendo en cuenta que puedo (mal) vivir de esto, que es mucho mejor que (mal) vivir de otra cosa…

Para finalizar, ¿Qué coño pasa en Vigo con el rocanrol? Diría que es una de las ciudades con más bandas desde hace décadas…

Pues sí, lo es, y esto es algo que personalmente me enorgullece (teniendo en cuenta que no soy nada chovinista y que si un grupo es bueno me la pela que sea de Vigo, y que si es malo y es de Vigo va a seguir pareciéndome una mierda). En Vigo hay cantera, y siempre la ha habido. Hay grupos de rock’n’roll cojonudos desde los 60, que es algo de lo que no todo el mundo es consciente… grupos como los Staggs, que hacían covers de los Kinks y los Stones… luego los 80 y todo eso que ya sabe todo el mundo…  y los últimos 20 años plagados de grupazos. Ahora mismo me vienen a la mente grupos como los nunca suficientemente reivindicados High Sierras, Fantasmage, Camarada Nimoy, Dixie Town, The Soul Jacket , Guerrera, Los Duques de Monterrey… todos dentro del rock ’n’ roll, pero de distinto palo.  Y me estoy olvidando de muchos, que espero que me disculpen. Pero en todo esto también hay una parte mala que es lo difícil, por caro, que resulta actualmente salir a tocar desde Galicia. Siempre he dicho que en Vigo levantas una piedra y salen músicos corriendo, como cucarachas (Risas)… y que hay más músicos que gente (y más grupos que músicos). Y sí, en ese sentido, Vigo mola.

Manel Celeiro

Foto: Oscar Avendaño & Los Profesionales

 

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