La capital catalana es una de las plazas fuertes para el sexteto vitoriano. Nunca han dejado de pasar por aquí para presentar sus trabajos y gozan de una parroquia fiel que no les da la espalda. De ahí el magnífico aspecto que lucia Rocksound cuando les llego al hora de subir al escenario. Culpables también los teloneros de la velada, Tears In Rain, que demostraron tener mucho futuro, son insultantemente jóvenes, y un cantante de garganta privilegiada. La compañía rompealmas salió a comérselo todo, las ganas de exponer sus recientes creaciones y el tiempo transcurrido sin girar les dieron un plus extra que no les hacía puñetera falta. Los asiduos a sus conciertos en la ciudad condal hemos sido testigos de su progresión como músicos, siempre dando un paso más, construyendo un proyecto que tendría, no me cabe duda alguna, mucha más resonancia fuera de nuestras fronteras. Compactos y muy solventes trabajan siempre en función de la canción rechazando cualquier atisbo de exhibicionismo frívolo. A las habituales bases de hard rock y blues pesado han añadido, en las canciones del reciente Graceless, la presencia de un eco más noventero en las estructuras, un mayor gusto por la melodía en las voces y la consolidación de ese toque progresivo que se adivinaba desde sus inicios pero que no ha acabado de hacerse claramente con un sitio hasta los últimos dos álbumes. Centraron la hora y media de concierto en la presentación de las nuevas composiciones, como puntos álgidos «How Will We Get By?» (el tema más asequible que han escrito nunca), la espléndida «Dust From The Stars» o «Good Times», además de varios recuerdos a Itaca, uno de los mejores álbumes jamás grabados por una banda nacional del que tomaron «It’s Dirt», con esos teclados sacados directamente del Animals de Pink Floyd (disco que, por cierto, han tocado entero en directo), «Oh Warsaw» o la épica «Where Mermaids Sing Loud». Estupendos.
MANEL CELEIRO
FOTO: ADRIAN WITCHFINDER
