Justo y Los Pecadores. Besos y Versos.

Una de las bandas de rock favoritas de esta Ruta tiene listo su nuevo álbum. Lo presentan en vivo mañana viernes 3 en Barcelona (Sala Music Hall) y el sábado 4 en Madrid (Wurlitzer). Para ir calentando motores, infiltramos al incombustible Xavi Martínez en sus sesiones de grabación….

Caen chuzos de punta, estamos viviendo muy malos tiempos y la clase política nos intenta expoliar salvajemente día sí y día también. Añádase a todo esto, ya entrando en terrenos estrictamente musicales, la crisis que hace tiempo vive este mundillo (al menos en formato físico). Descargas a libre albedrío y someras escuchas han desnaturalizado la magia de pinchar por primera vez un disco. Por eso sorprende que aún haya bandas que a pesar de navegar con viento en contra mantengan la ilusión por hacer discos, y más si este grupo es uno de los más queridos por esta cabecera; Justo y Los Pecadores. El combo del Garraf tras algunas vicisitudes se ha liado la manta a la cabeza y ha decidido lanzarse a la grabación de un nuevo trabajo que llevará el nombre de Vasos, Besos y Versos y que se verá sustentado por las donaciones hechas por sus seguidores en la recaudadora web Verkami.

Ellos ya están manos a la obra, y a tope de ilusión nos invitaron a pasarnos por el estudio a ver como discurren las cosas. Al más puro estilo stoniano con la celebérrima villa de Nellcôte donde se concibió el imprescindible Exile On Main St. Justo y sus pecadores se han encerrado en una masía entre Sitges y Vilanova i La Geltrú, para registrar y dar forma a las ideas que les están hirviendo en sus cabezas. Todo muy rural, y nada más llegar nos encontramos en la bodega de la casa a Sarah Lewis, multiinstrumentista americana afincada en la zona y que está metiendo banjos en alguno de los temas, como por ejemplo la alegre y jacarandosa «Mil Rayos» o «Te estaré esperando» la particular visión del grupo de las canciones ferroviarias de Johnny Cash, aunque con un regusto a las añejas grabaciones que se hicieron en Sun Records como el mismo Cash o un jovencísimo Elvis Presley. Escuchamos más temas y se puede percibir que la más arraigada influencia  del otro lado del Atlántico va a ser uno de los puntales de esta nueva colección de canciones, aunque tampoco parece que se corten a la hora de cruzar la frontera pero haciendo el camino inverso que los espaldas mojadas. Méjico y la línea estatal están más que presentes en «Las 40», una tonada de casi ocho minutos que supura sabor fronterizo y latino por todas sus estrías. De todas maneras la banda comenta que aunque se pueda notar apertura estilística lo suyo sigue siendo el genuino rock & roll, para reforzar su teoría me ponen «Viendo La Vida Pasar», adictivo tema de lustrosas guitarras, a cargo del nunca bien ponderado Cesc Estrada, con un vibrante riff de cierta influencia del Lou Reed más directo. También están finalizando otro tema que les sigue situando en la correcta senda del rock sin etiquetas; «Descendiendo El Río», una canción también larga, de guitarras densas, arenosas a la Crazy Horse y que nos lleva de evocadora manera por lo que es el río tomado como metáfora de la propia vida. Esto es lo que se pudo escuchar en tan delicioso enclave, aún les quedan temas por finalizar y grabar, pero tengo que reconocer que lo escuchado y degustado apunta maneras. Si siguen por estos derroteros igual podemos hablar de su más consistente y maduro trabajo, lo cual sería decir bastante ya que Desde El Burladero y Discreto eran obras de una solidez incontestable. Les dejo seguir trabajando, hay buenas vibraciones y la cosa va viento en popa a toda vela y esperemos que en breve ya se pueda reseñar este Vasos, Besos y Versos que tanto promete a tenor de lo escuchado. Como siempre, nos vemos en los bares.

XAVI MARTÍNEZ